Este medio de comunicación está acostumbrado a destrozar vidas, a calumniar, a robar la paz de las familias a cambio de ver reflejado su odio hacia la sociedad. Múltiples testimonios de vidas existen que dan cuenta de que como este medio ha asesinado la credibilidad de hombres, mujeres e instituciones ocultando la verdad y manejando la suya propia. Todo por su egoísmo, prepotencia y abuso del poder mediático.
Los hechos hablan por sí solos, la fiscalía del estado abrió la averiguación previa e integró un expediente y finalmente consignó a un policía por ser presuntamente culpable de asesinato, no de asesinato imprudencial sino de uno culposo.
La misma gobernadora ha sigo garante de la seguridad y la certeza jurídica en torno a este caso, que en nada se compara a la impunidad que impera en el resto del país donde se han registrado más de 55 mil muertes y los asesinos andan sueltos.
De esto último nada dicen los reaccionarios y satélites del PAN, nada, al contrario lo ignoran, dejando en claro su doble moral que responden a intereses políticos mezquinos y de índole inconfesables.
Son tiempos electorales, lo que aprovechan estos mentirosos para pertubar la paz social y la seguridad de la que se goza y disfruta la sociedad yucateca.
Las ventas del Didy han bajado a niveles de extrema urgencia, por eso se entiende que recurra a éste proceder fuera de toda ética periodística.
