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El consumidor alemán recupera ligeramente la confianza, aunque sigue en mínimos

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Berlín, 25 may (EFE).- La confianza del consumidor vuelve a subir ligeramente en Alemania tras el desplome histórico registrado el mes pasado, aunque sigue en mínimos por la guerra en Ucrania y la inflación, y a pesar de la relajación de las medidas para contener la pandemia del coronavirus.

La Sociedad para la Investigación del Consumo (GfK) pronostica para su indicador -elaborado a partir de la opinión de cerca de 2.000 encuestados y que mide la confianza de los consumidores- una subida de 0,6 puntos, de los 26,6 negativos de mayo a los 26 negativos para junio.

Tanto las expectativas económicas como las de ingresos muestran ganancias moderadas, mientras que la propensión a la compra se mantiene casi sin cambios, según el comunicado que publica hoy la consultora.

“De esta manera, el clima de consumo mejora ligeramente, pero la confianza de los consumidores se mantiene en su punto más bajo”, explica Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK.

Agrega que “a pesar de una mayor relajación de las restricciones para contener el coronavirus, la guerra en Ucrania y la elevada inflación, en particular, lastran la confianza del consumidor”.

Un cambio de tendencia sostenible en el clima del consumo sigue dependiendo de dos factores esenciales.

Por un lado, hay que poner fin al conflicto en Ucrania mediante negociaciones de paz exitosas y, por otro, hay que reducir notablemente la inflación, señala la consultora.

En el caso de la inflación, depende sobre todo de que el Banco Central Europeo (BCE) acompañe el proceso de una política monetaria adecuada.

Aunque las expectativas económicas no se hundieron más todavía en mayo, los consumidores siguen temiendo una recesión.

Tras dos meses de notables descensos, las expectativas económicas volvieron a aumentar moderadamente en mayo, y el indicador correspondiente recuperó 7,1 puntos hasta los 9,3 negativos, lo que, no obstante, se traduce todavía en 50 puntos menos que en el mismo periodo del año pasado.

Los problemas de las cadenas de suministro y la falta de semiconductores impiden actualmente una recuperación sostenida en gran parte de la economía alemana, de manera que la flexibiliación de las restricciones introducidas con la pandemia no despliega de momento el esperado efecto positivo.

En tanto, las expectativas de ingresos también se recuperan un poco tras caer el mes anterior a su nivel más bajo en casi veinte años, y su indicador avanzó 7,6 puntos hasta los 23,7 negativos, que representa todavía 43 puntos menos que hace un año.

A pesar de esta mejora, las perspectivas de ingresos siguen siendo enormemente bajas, principalmente por la incertidumbre debido a la guerra en Ucrania y sobre todo la elevada inflación.

La explosión de los precios de la energía y los alimentos están mermando el poder adquisitivo de los hogares e impiden actualmente una mejor evolución del indicador de renta.

La propensión a la compra se mantiene prácticamente sin cambios respecto al mes anterior y el correspondiente indicador perdió sólo 0,5 puntos, hasta los 11,1 negativos, 21 puntos menos que hace un año.

Debido a las débiles perspectivas económicas y de ingresos, también la propensión al consumo sigue notablemente limitada.

Los altos precios de la energía y los alimentos hacen que haya menos dinero disponible para otras compras.