No nos queda otro remedio que empezar a acostumbrarnos a vivir con la presencia del SARS-CoV-2, que es un virus que pertenece a la familia Coronaviridae, subfamilia Orthocoronavirinae, causante de la neumonía por coronavirus y que como nombre de la enfermedad hoy lo llamamos oficialmente como Covid-19.
Esta enfermedad que tuvo su origen en Wahum en el país asiático de China hoy tiene al mundo en vilo por la rapidez de su propagación sin que hasta el momento se tenga un procedimiento médico para tratarla y curarla. Lo que constituye un elevado riesgo para la organización de eventos masivos. Muchos sectores están sufriendo las consecuencias de esta nueva enfermedad ante la emergencia sanitaria y la organización de eventos masivos.
De tal manera que conferencias comerciales o feriales, así como festivos, han tenido que ser suspendidos en los países con una mayor incidencia de propagación del Covid-19. Tal y como ya está sucediendo con el mundo deportivo.
Es un hecho que ante los riesgos de fácil propagación el mundo deportivo donde se acostumbra la presencia masiva de aficionados, hasta el momento el Covid-19 ha provocado una gran oleada de cancelaciones, aplazamientos o reprogramación de competiciones deportivas. Ejemplo de ello es Italia, un país que se distingue por una pasión hacia del futbol soccer se ha anunciado la continuación de su calendario de partidos en estadios a puerta cerrada. Deportistas como lo ciclistas del equipo australiano Mitchelton-Scott, que cuenta en sus filas con los británicos Adam y Simon Yates, ya anunciaron que no participaran en las carreras de la disciplina que están programadas en Italia.
Esta situación sin duda afecta la continuidad competitiva de los jugadores que ven interrumpidos sus participaciones en competencias, lo que puede producir un riesgo para que los atletas mantengan el buen ritmo de preparación y competencia. Además, el efecto de la cancelación de eventos masivos termina provocando problemas en las derramas económicos que por patrocinadores y toda una economía vinculada con la celebración de las justas deportivas siempre están presente. En torno a los deportes existe muchos intereses económicos que invierten grandes cantidades de dinero en patrocinios, fuentes de trabajo, comercios y actividades económica u otras que pueden verse afectadas por la cancelación de eventos deportivos.
Inclusive, aunque hasta el momento el Comité Olímpico Internacional aún mantiene su interés de mantener la celebración de los próximos juegos olímpicos de verano en Tokio, ya existen voces en diferentes delegaciones del mundo que ven la posibilidad de posponer, cambiar la sede o en un caso extremo cancelarlos. Algunos deportistas que por programa de entrenamiento pensaban viajar al oriente para irse preparando y acostumbrando a los tiempos y características geográficas y ambientales están retrasando sus viajes. Hay temor, no tan infundado, de viajar a los países orientales por la alta incidencia de contagio y propagación del Covid-19.
