Al aprobar la desaparición de 109 fideicomisos, la Senadora Verónica Camino Farjat, cometió un grave error en su carrera política. Y no es que con ello se le vaya el futuro promisorio, no, el tema es que la gente ya tiene algo que reclamarle para siempre.
Verónica pudo haber quedado bien con Ricardo Monreal, o Martí Batres, y estar en “línea” con todo lo que eso conlleva. Pero ha quedado fuera de la buena percepción de la ciudadanía. Y es que, aunque el FONDEN puede tener imperfecciones, o errores, o graves omisiones, o inusitados actos de corrupción, es una esperanza para quienes han perdido sus hogares en zonas muy humildes del estado de Yucatán, tras el paso de la tormenta Cristobal, Gamma y el huracán Delta.
Ella vive en el fraccionamiento Las Américas de la ciudad de Mérida, y se presenta como una víctima del huracán Delta, seguro lo es, pero a diferencia de sus vecinos afectados también, ella es Senadora, gana mucho, mucho dinero, y tiene canonjías que un ciudadano común no tiene. Sin problemas ella puede irse a vivir a otra casa, comprarse una sin problemas, o rentarla.
La Senadora por decreto de Rolando Zapata y por deseo de Víctor Caballero, está cometiendo otro error, un error muy pero muy grave, y es el de creer que su votación a favor de desaparecer los fideicomisos, no tendrá consecuencias políticas adversas.
Aunque ella niega tener aspiraciones de ser candidata a lo que sea, en realidad no es cierto. Todo lo que ella hace, está orientado hacia esa meta. Y desea llegar al 2024 como seria aspirante de Morena a la gubernatura.
No debe olvidar que el pueblo sabio detecta de inmediato, qué político la traicionó y qué político, hombre o mujer, le dio la espalda, privilegió sus intereses y se burló de él sin recato alguno.
Verónica Camino le asestó al pueblo de Yucatán, un golpe que éste jamás va a olvidar.
