El panista de vientre quiere olvidar su triste pasado, lleno de traiciones y puñaladas traperas. Ana Rosa le sigue recordando con dolor en la muela.
Y es que, una vez que Gerardo aceptó las migajas que le ofreció el pastor Xavier Abreu, perdió la elección dejando en él una huella inborrable que lo dejó marcado para toda la vida.
Ahora intenta resarcir su imagen dando alaridos de alerta, que no grito de guerra, para figurar de nuevo y encabezar el nuevo liderazgo político dentro del PAN.
La lucha ahora es por la fama, pero como dijera Cachicha, no han madurado todavía y ya están bien quemados.
De todas formas, vamos a desearle a Gerardo suerte en su deseo.
Solo una presición, por la fuerza no se toma ni siquiera a la novia. El mondongo, no debe decir tantas estupideces, debe marcar su distancia con Magaly Cruz, pues sería lamentable que los confundieran.
Al pueblo nadie lo toma a la fuerza, Gerardo no digas m…ajaderías, insultas la memoria de los grandes panistas yucatecos
