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El gobierno de Biden, a la defensiva ante su primera crisis migratoria

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AFP. “La frontera está cerrada”: a la defensiva y señalado por haber provocado la llegada de miles de migrantes, el gobierno de Joe Biden se empleaba el domingo en todos los frentes para tratar de tranquilizar sobre su capacidad para manejar la primera gran crisis de su presidencia.

El mandatario de Estados Unidos fue elegido especialmente por su promesa de cerrar el complicado capítulo de la pandemia y de la crisis económica que ha generado.

Pero apenas dos meses después de su llegada a la Casa Blanca, a Biden le acusan los republicanos, y también algunos demócratas, de haber generado expectativa en la frontera con México que ha derivado en una crisis migratoria a la que no quiere llamar por su nombre.

“Estamos expulsando a familias, estamos expulsando a adultos solos”, afirmó el domingo el jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Alejandro Mayorkas, quien ha reiterado este mensaje en cuatro cadenas estadounidenses. “La frontera está cerrada”, insistió.

Primer latino a cargo de la política migratoria estadounidense, Mayorkas reconoció a mitad de marzo que se preveía la llegada de un flujo histórico de migrantes, el más importante en 20 años, a la frontera entre México y Estados Unidos.

El dirigente está en el centro de las críticas por su mensaje a los migrantes de Centroamérica de que “no es el momento” de venir a Estados Unidos, ya que la nueva administración está reconstruyendo el sistema migratorio “desmantelado” por el expresidente Donald Trump.

El expresidente retrucó en un comunicado: “Todo lo que tenían que hacer era mantener un sistema que funcionaba bien en piloto automático”, dijo, defendiendo su política migratoria. “En cambio, en unas pocas semanas, la administración Biden convirtió un triunfo nacional en un desastre nacional”.

– Menores solos –

Legisladores demócratas de este estado fronterizo lamentaron también el mensaje del gobierno.

Y varios migrantes consultados por la AFP a su llegada a Estados Unidos contestaron que, en parte, viajaron por la promesa de Biden de implementar una política más “humana”.

“Estamos en el proceso de hacerlo ahora, lo que incluye asegurarnos de restablecer lo que existía antes, lo que era. Pueden permanecer en su lugar y defender su caso desde su país de origen”, dijo Biden el domingo a periodistas.

El presidente prometió además visitar la frontera, aunque su administración evita hablar de una “crisis” refiriéndose únicamente a “problemas en la frontera”.

El martes, Biden había dicho sin rodeos a quienes planean en emprender el viaje: “No vengan”.

Además de la llegada de migrantes, la suerte de los menores solos ocupa el centro de la polémica.

Biden se comprometió a terminar con “una vergüenza moral y nacional” heredada de su predecesor, refiriéndose a la separación de miles de familias de migrantes de las que centenares no han logrado reunirse todavía.

Pero, pese a que los niños ya no son separados de sus padres, Estados Unidos está confrontado a la llegada de una cantidad importante de menores solos, y no logran explicar cómo pretenden ocuparse de ellos.

“Tomamos la decisión de no expulsar a niños pequeños vulnerables”, reafirmó el domingo Mayorkas en CNN.

Más de 10.000 niños no acompañados están ahora bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos. La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza se ocupa de otros 5.000.

El responsable no desmintió que unos 5.000 niños estén actualmente retenidos en centros fronterizos destinados a adultos, muy por encima del pico registrado bajo la presidencia de Trump. Más de 600 permanecen allí desde hace más de diez días, pese a que la ley solo autoriza su tránsito durante tres días como máximo.

– “Es difícil” –

El senador demócrata Chris Murphy contó el viernes, tras su visita a uno de estos controvertidos centros, que “centenares de niños” estaban “hacinados en grandes estancias abiertas”.

“Tuve que aguantarme las lágrimas cuando una niña de 13 años se puso a llorar desconsoladamente”, “contando hasta qué punto estaba asustada, tras ser separada de su abuela y sin sus padres”, que se encontraban en Estados Unidos, tuiteó.

“Trabajamos noche y día para desplazar a estos niños de estos centros en la frontera hacia refugios gestionados por el Departamento de Salud”, aseguró Mayorkas, subrayando de nuevo que heredaron un sistema “devastado”.

“Pusimos en marcha tres nuevos centros la semana pasada”, “estamos ejecutando nuestro plan, eso toma tiempo, es difícil”, reconoció, sin dar precisiones ni un calendario sobre el “plan”.

Tanto en la cadena conservadora Fox News, como en CNN -más cercana a los demócratas-, el secretario fue cuestionado por la falta de acceso de la prensa a los centros fronterizos.

“En la presidencia de Trump, los periodistas estaban autorizados a entrar en estos centros”, le reprochó la periodista Dana Bash, en CNN. Mayorkas atribuyó las restricciones a la pandemia.