En un pasado lejano, cuando el Banco de México no era autónomo, éste se convirtió en la caja chica del gobierno federal. Era muy sencillo para los presidentes de ese entonces solicitar más dinero al banco central para cumplir sus compromisos de pago en deuda o pago de proveedores o construcción de infraestructura. En consecuencia aumentaba el dinero circulante sin respaldo en la producción lo que causaba presiones inflacionarias.
Por ello, durante el sexenio de Carlos Salinas se reformó el orden constitucional y legal del Banco de México para dotarle de autonomía en sus funciones y se evite que se continúe provocando más problemas que soluciones. En conclusión no es posible comparar entre las medidas tomadas en dos momentos diferentes de la historia política del país, ya que el PAN hoy ha gobernado en condiciones distintas de cómo fueron los tiempos últimos del PRI en la presidencia.
Se me olvidaba precisar que durante el gobierno de Fox fue un príista, Guillermo Ortiz, el gobernador del Banco de México.
Así que el éxito no depende sólo de una cara, sino de los dos lados de la moneda.