Fueron los tiempos de fomentar la participación ciudadana
decidida y valiente. En lo personal recuerdo vivir momentos de estrés para
quienes trabajábamos en dependencias de gobierno que no aceptaban que entre las
filas de trabajadores algunos se identifiquen como panistas. Pero ahí estaban,
miles de ciudadanos que desafiaban las reglas y se enfrentaban al sistema para
hacer cambiarlo dentro de sí.
De ese modo se logró llegar al 2000 con la promesa de “hoy,
hoy, hoy” de una cambio que nunca se logró concretar. El ejemplo más claro fue
al año cuando Patricio Patrón logró ganar la gubernatura con una alianza entre
el PAN y el PRD. En su discurso se insistió en que iba a meter a la cárcel a
todos los corruptos del cerverismo y los que habían saqueado el campo yucateco.
Sin embargo, en las palabras de Xavier Abreu Sierra, protagonista del
patricismo, en un evento que reseño en su ocasión el Diario de Yucatán, en aras
de las estabilidad política se pidió el perdón a todos los – según ellos años
atrás habían calificado como corruptos – funcionarios de los 70 años de
príismo.
Se creyó que la victoria de Patricio Patrón iba a sepultar
por las buenas acciones de gobierno al príismo yucateco. Pero la historia hoy
nos permite evaluar la carencia de efectividad de esa tesis con los resultados
en tres últimos procesos electorales: (1) la sucesión después de Patricio con
la llegada de Ivonne Ortega, (2) la intermedia federal donde el PRI ganó todas
diputaciones federales y (3) la intermedia local donde se obtuvo la histórica
mayoría en el Congreso Local y se perdió después de casi dos décadas la
Alcaldía de Mérida. Para entonces, ya el PAN continuaba en la Presidencia con
todos los recursos suficientes y necesarios para aguantar un proceso electoral
local.
¿Cómo interpretar esos hechos?
Voces autorizadas aún panistas como Humberto Correa, Miguel
Gutiérrez Machado y el extinto Rafael Castilla “chachicha” lo han dicho
claramente: el PAN perdió el rumbo de la confianza y contacto con la
ciudadanía. Gutiérrez Machado, en entrevista exclusiva a Mi Punto de Vista en
Radio Fórmula planteó que el PAN se ha olvidado de sus principios básicos, la
mística original del partido que se orienta a la construcción de una conciencia
cívica y que la lucha por el poder se configura como fin no de inmediato
alcance, sino hasta haber logrado cumplir con lo anterior. Pero lo que paso en
la realidad es que al alcanzar la meta del poder, el PAN perdió su estructura y
su contacto con la ciudadanía. Se empoderó del gobierno y no sólo hizo a un
lado a la sociedad que lo llevo al poder sino que sentó a líderes que no
pertenecían al grupo que llegó al poder.
La responsabilidad de la división interna no es culpa de
nadie más que los mismos panistas. En otros tiempos orgullosos de experimentar
en la vida interna del partido los valores de la democracia por elegir
libremente a sus representantes y candidatos, al llegar un grupo al poder no
pudo conciliar los intereses diversos de los otros, lo que al final lo ha
llevado a un colapso interno que aún no toca fondo ya que hay heridas aún
sangrantes que no se han podido curar.
En ocasiones he insistido ante el mismo Rodolfo González
Crespo, presidente del Comité Directivo Municipal de Mérida del PAN, que lo que
menos necesita Yucatán es un PAN débil y dividido, pero sobretodo, golpeador
sistemático de cualquier acción de gobierno. Es inadmisible que después de
haber criticado hasta la coronilla el despilfarro del Gobierno del Estado con
respecto a uso de televisora para promocionar al Estado, ahora el panismo se
calle ahora cuando desde la Presidencia se usen recursos económicos, materiales
y humanos para hacer una serie de televisión, y al mismo tiempo, el Presidente
Calderón conceda una entrevista una cadena conducida por una artista. Justo en
el momento en que más cuestionada es la popularidad del Ejecutivo Federal que
en las últimas encuestas está a la baja en tiempos cercanos al inicio de otro
periodo electoral.¿ En congruencia no deberían condenar estos “excesos” que no
ayudan a la sociedad como así sostiene en el caso de Ivonne Ortega Pacheco?
Lo que los ciudadanos aspiran en un estado democrático es la
unión de las fuerzas políticas en torno de los intereses comunes y de las
coincidencias que surgen de éstos. Es importante la oposición, pero que no sea
un obstáculo para la sociedad. Por lo que vemos, la crítica que el PAN ha
emprendido como estrategia política ha obstaculizado muchos proyectos benéficos
en la entidad, sólo porque al final no nacieron desde el seno del blanquiazul.
Ese NO sistemático ya tiene hartos a los ciudadanos, y en
contra de lo que se han creído, en lugar de debilitar ha fortalecido al actual
régimen de gobierno. Porque ha sido burda, ilógica, y en muchas ocasiones,
contraria a lo que en tiempo atrás y actual en otras entidades el PAN su apoya.
Lo que algunos han entendido de esta estrategia es que sólo demuestran las
decepciones y traumas ante una derrota continua y hasta ahora permanente que no
logran asimilar, y por ello, superar.
Lo peor es que entorno a estas estrategias políticas hay
quienes han perdido la capacidad de entender y analizar políticamente las
consecuencias de las acciones. Falta mucha lectura del pasado inmediato del PAN
en el breve paso en que han sido ya una opción de gobierno. Es evidente que el
PAN cambia cuando dejo de ser oposición y logró espacios cada vez más
importantes de poder. La irracionalidad de pretender sostener verdades
absolutas en la consideración que sólo ellos pueden tener la razón correcta los
lleva a la soberbia que ya cansa en la sociedad.
Hoy ya existe percepción de gobierno. Percepción que
contrasta con lo que significó y prometió el PAN en los tiempos de oposición. Los
gobiernos del PAN no se han liberado de caer en actos de corrupción y de abuso
de derechos y recursos a favor de los intereses particulares. Difícilmente
habría quien metería las manos al fuego por la pulcritud y pureza dentro del
PAN. Esto lo saben sus líderes, sus dirigentes. Si los simpatizantes quieren
contra argumentar en sentido contrario, es la muestra de la incapacidad o
analfabetismo analítico en político. Las cosas no se pueden ocultar bajo el
sol.
Tampoco se niega que se hayan logrado avances significativos
en estructuras de gobierno que hoy facilitan las cosas y le permiten al PAN
maniobrar adecuadamente en materia legal, política y económica. Aunque también
han minado la confiabilidad de otras, como es el caso del Instituto Federal
Electoral. Sin el IFE, creado durante la gestión de Carlos Salinas de Gortari,
el PAN no hubiera logrado llegar al poder en el año 2000. Pero bastaron dos
elecciones sexenales, ya en gobiernos panistas, para que después de la elección
de la sucesión presidencial del 2006 que por los intentos de impedirle el
camino a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y el resultado electoral
obtenido, el árbitro electoral sufriera un duro revés en su credibilidad.
Por todo lo anterior, el PAN requiere de revisar
profundamente su acción política. Después de su auge algo ha pasado que
retroceda en las diversas instancias de gobierno en los tres niveles de
gobierno en todo el país. En Yucatán la situación es sintomática del retroceso
al perder todo lo que habían logrado ganar.
La estrategia de la crítica por la crítica misma no les está
funcionando. Con la percepción de gobierno el ciudadano ya tiene elementos
comparativos de lo dicho con la realidad. Las redes sociales, por su parte
fomentos de la interconectividad, permiten ser el barómetro de la realidad
donde es posible acceder a la realidad real y no la que pintan los medios de
comunicación. Por ello no es fácil ocultar las verdades, lo que sucede, lo que
se percibe, por lo cual, el cuestionamiento es duro y crudo.
Ojala que en el PAN se abra un espacio crítico interno para
buscar la verdad y la mejor estrategia para unir los liderazgos. De esa forma
logrará revertir el retroceso que lo hunde en la preferencia electoral. Como
dice Gutiérrez Machado, ¿quién se atreve a sugerir que ya no competirán electoralmente
por el poder para volver al origen de los principios, aquellos de la conciencia
cívica y la participación ciudadana como fines primeros, con lo cual se
fortalecería el PAN como una opción de gobierno real y cercana a las
necesidades de la ciudadanía, respetuosos de los valores democráticos,
tolerante con la postura contraria, pero sobretodo, propositivo en la
consecución del bien común?
Me queda claro que no son pocos los que desean un PAN más
democrático y fuerte como alternativa y opción de gobierno. Si tan sólo
pudieran mirar hacia adentro, sin menoscabar la opinión crítica que se limita a
enunciar los errores políticos, la posibilidad honestar de volver a ser una
buena opción de gobierno no sería fantasiosa. De lograrlo… que tiemblen los demás
partidos.