Inicio Análisis político Alejandro López Munguía El PAN está convertido en el Papá del PRI.

El PAN está convertido en el Papá del PRI.

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El PAN, el papá del PRI.

Lo que vimos el domingo 17 pasado en la Cámara de Diputados, especialmente, fue al PAN convertido en el papá del PRI. Arropado Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” en los legisladores del blanquiazul, arengó de tal manera que rebasó los límites que el propio presidente de la república le ha puesto. El presidente del tricolor se sintió tan fuerte que olvidó que AMLO lo tiene en la mira por su presunta corrupción en Campeche, aunque haya sido el propio mandatario quien lo promovió para el cargo de presidente nacional.

Quedó en evidencia que los tiempos en los que el PRI por sí solo espantaba a sus oponentes quedó en el baúl de los recuerdos. ¡Quién se iba a imaginar que el tricolor se refugiaría en las “enaguas” de su enemigo histórico!.

No tardaron en recordarle a Moreno Cárdenas que no debiera sentirse tranquilo, ni orgulloso del triunfo legislativo obtenido, ya que de inmediato, la mayoría Morenista y sus aliados le dieron aval a la reforma a la Ley Minera con la que se acota la exploración del Litio, el valioso “oro blanco”, que forma parte del valioso botín que las empresas extranjeras le han echado el ojo.

Un triunfo legislativo no genera triunfos electorales en el territorio. Eso es una máxima que en política ha quedado probado contundentemente. Cuando Ernesto Zedillo elevó la tasa del IVA del 10 al 15 por ciento, Humberto Roque Villanueva celebró eufórico dejando constancia con la “Roque señal”, que enardeció al pueblo de México, que le dio la espalda al PRI en el año 2000. El propio PRI de Peña Nieto celebró la consumación de la Reforma Energética en el 2013, prometiendo que generaría enormes beneficios para la población como la reducción de las tarifas eléctricas, entre otros, lo cual nunca sucedió; el resultado fue que perdieron la presidencia de la república en el 2018.

Lejos de verlo como un triunfador, al PRI lo vimos como hijo del PAN. Fue lamentable ver al partido que creó las instituciones del país durante el siglo XX seguirle el juego a los blanquiazules, que fueron los que se enfrentaron furiosamente al gobierno de López Obrador. Evidentemente no queda nada del PRI glorioso, del PRI victorioso, del PRI que marcaba la agenda nacional y que decidía el destino de la nación. ¿Dónde quedó el PRI que encabezó la creación del Fobaproa?, ¿dónde el PRI que creó el Pacto por México para realizar las grandes reformas privatizadoras de Peña Nieto a la que se sumaron el PAN y el PRD?.

¿En qué momento el PRI dejó de ser el partido rector de la vida política nacional para convertirse en comparsa de su gran enemigo, el de la reacción nacional, el de la derecha?. En la época gloriosa del PRI jamás se hubiera pensado en que se aliara con el partido que surgió como reacción a la política del reparto agrario que encabezó el General Lázaro Cárdenas, ¡no Señor!.

Patético fue ver cómo los diputados del PRI no protestaron cuando desde la tribuna de la Cámara una diputada panista mostraba una foto en la que se veía al ex presidente Carlos Salinas de Gortari con Manuel Bartlett entonces secretario de educación, denigrando al “salinismo”. ¿Pues de qué se trata?, ¿acaso el salinismo no es parte de ese PRI glorioso?. Aliarse para recibir insultos, humillaciones y vejaciones, no resulta nada atractivo, ni positivo. 

Nada consiguió de bueno el PRI mostrándose con el PAN en la Cámara de Diputados. Lo único que demostró es que necesita ser comparsa de la derecha para seguir vivo en esta lucha política en la que está destinado a desaparecer, pues ha perdido: identidad, argumentos democráticos, personalidad (no se sabe ideológicamente qué es, ni a donde apunta) y credibilidad. Dramático es el panorama que le espera, según los pronósticos, el tricolor llegará al 2024 con cero gubernaturas.