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El Papa Francisco recuerda esta enseñanza de San Juan Pablo II

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Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco destacó que el 22 de octubre se celebra la memoria litúrgica de San Juan Pablo II y animó a permanecer cerca del amor a Cristo.

Así lo dijo el Santo Padre en el Aula Pablo VI durante el saludo a los fieles de lengua polaca.

En primer lugar, el Papa se refirió a la próxima memoria litúrgica de San Juan Pablo II por lo que encomendó especialmente su protección a los presentes, sus familias y a todo el pueblo polaco.

Luego, el Papa Francisco recordó las palabras de San Juan Pablo II cuando en 1997 comentó la frase de San Pablo escrita en el capítulo 8 de la Carta a los Romanos: “¿Quién nos separará… del amor de Cristo?”. El Papa polaco dijo: “Estén atentos, para que nada los separe de este amor: ninguna consigna falsa, ninguna ideología equivocada, ninguna cesión a la tentación de transigir con lo que no es de Dios. Rechacen todo lo que destruye y debilita la comunión con Cristo”.

Durante su catequesis en italiano, el Papa Francisco explicó que el apóstol San Pablo en la Carta a los Gálatas “poco a poco nos introduce en la gran novedad de la fe”, y añadió que es “realmente una gran novedad, porque no renueva solo algún aspecto de la vida, sino que nos lleva dentro de esa ‘vida nueva’ que hemos recibido con el Bautismo”.

“Hemos pasado de la esclavitud del miedo y del pecado a la libertad de los hijos de Dios”, aseguró el Papa Francisco.

En esta línea, el Santo Padre subrayó que para el apóstol el núcleo de esta libertad “está lejos de ser un pretexto para la carne: la libertad no es un vivir libertino, según la carne o según el instinto, los deseos individuales o los propios impulsos egoístas; al contrario, la libertad de Jesús nos conduce a estar –escribe el apóstol– al servicio los unos de los otros”.

“Pero ¿eso es esclavitud? Sí, la libertad en Cristo tiene alguna dimensión de esclavitud, alguna dimensión de esclavitud, que nos lleva al servicio, a vivir para los otros”, reconoció el Papa.

Por ello, el Santo Padre explicó esta paradoja que consiste en que “no hay libertad sin amor. La libertad egoísta de hacer lo que quiero no es libertad, porque vuelve sobre sí, no es fecunda”.

“El amor de Cristo nos ha liberado y aún es el amor que nos libera de la peor esclavitud, la del nuestro yo; por eso la libertad crece con el amor. Pero atención: no con el amor intimístico, con el amor de telenovela, no con la pasión que busca simplemente lo que nos apetece y nos gusta, no con eso, sino con el amor que vemos en Cristo, la caridad: este es el amor verdaderamente libre y liberador”.

De este modo, el Papa concluyó que se trata de un amor “que brilla en el servicio gratuito, modelado sobre el de Jesús, que lava los pies a sus discípulos y dice: Porque les he dado ejemplo, para que también ustedes hagan como yo he hecho con ustedes: Servir los unos a los otros”.

 

 

 

 

 

 

 

FUENTE: ACI PRENSA