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El picaresco Pepino vacunado vuelve a su ataúd y cierra el Carnaval boliviano

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La Paz, 6 mar (EFE).- El picaresco Pepino, el personaje central del carnaval en la ciudad de La Paz, volvió a su ataúd con su carné de vacunación contra la covid-19 y las llaves de la ciudad para cerrar los festejos de la celebraciones carnavaleras en Bolivia.

El acto comenzó este domingo, denominado “de tentación”, en la avenida Baptista de la ciudad de La Paz, en donde el travieso Pepino bailó por última vez derrochando alegría junto a los otros personajes de esta festividad como el ch’uta y la cholita paceña.

Mientras el Pepino hacía su paso bailando, saltando y esparciendo papeles de colores, un grupo de personas le seguía con el ataúd en hombros, una forma tradicional en La Paz de despedir los festejos carnavaleros.

El Pepino, que es una versión andina de los arlequines de las cortes europeas, tenía colgado su carné de vacunación de grandes dimensiones y también portaba unas llaves de colores que representaban la “alegría, la responsabilidad y la salud”, pero también era una forma simbólica para dar cierre al carnaval.

Detrás del Pepino había una veintena de comparsas de ch’utas y cholitas, las mujeres indígenas aimaras, que bailaban dando vueltas mostrando el colorido de sus trajes y llevando serpentina en el cuello para acompañar al Pepino en su último baile de este año.

Esta actividad volvió a celebrarse luego de un año debido a los contagios de la covid-19.

“El día de hoy estamos agradeciendo a la Madre Tierra y culminando nuestra gran fiesta del carnaval, con la pandemia hemos prorrogado nuestras actividades, pero este ha sido un año de reinicio”, dijo a Efe Mariel Cadena, una de las bailarinas.

Cuando el Pepino y toda la comitiva llegaron bailando hasta las puertas del Cementerio General, el personaje carnavalero entró de forma “simbólica” al ataúd para que el grupo de personas lo lleve en hombros hasta el interior del camposanto.

En medio del acto central las “viudas”, algunas mujeres que “lloran” por el entierro del Pepino acompañaron el ataúd dentro del cementerio para darle el “último adiós”.

Luego del “entierro”, las comparsas bailaron durante todo el recorrido para despedir el Carnaval.

En estas actividades estaban los “fiscales por la vida”, encargados de verificar que todos los participantes porten su carné de vacunación y la mascarilla transparente o el barbijo para evitar los contagios de la covid-19.

Si bien al principio los bailarines respetaron estas disposiciones, con el tiempo se fueron quitando los barbijos, aunque portaban sus certificados de vacunación.

Bolivia se encuentra en la desescalada de la cuarta ola de la pandemia de la covid-19 y a fines de febrero se dio inicio a las actividades carnavaleras en el país, en el que varios departamentos autorizaron las fiestas por esta festividad.

El país acumula 894.967 contagios de covid-19 y 21.461 decesos, desde que se detectaron los primeros casos en marzo de 2020.