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El regreso de la “mafia del poder” a la SNTE

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Todo parece indicar que se prepara el regreso triunfal de Elba Esther Gordillo a la presidencia del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Educación (SNTE). La salida de la presión preventiva sin que se le pudiera fincar responsabilidad por los delitos que la acusaban, lo que significa la recuperación de sus derechos políticos y rehabilitación para recuperar lo que tenía por derecho, es decir, el cargo de la presidencia del principal sindicato de maestros de América Latina.

Sin embargo, en el colectivo social y en algunos sectores de maestros no están contentos por el regreso de Gordillo a la dirigencia del SNTE. Pero la política trasciende los hechos legales y se fundamenta más en la percepción social. Por eso hay quienes hoy manifiestan que este regreso es el retorno de una “mafia de poder” que se aprovechó para beneficio personal y no colectivo de la organización sindical, que no defendió realmente a los maestros. Por ello se han propiciado incisiones de grupos dentro de propio SNTE tiempo atrás.

Los maestros han experimentado desde hace algunos años una descomposición social en la imagen y figura del magisterio. De haber sido en tiempo lejano el docente una figura de autoridad y de conocimiento para el pueblo con el tiempo fue desgastándose esa imagen para ser denostado como el causante del fracaso educativo. En este proceso de descomposición el sindicato contribuyó en la medida de que su dirigencia se ligó con el sistema político de gobierno y funcionó más como un mecanismo de control político del sector magisterial.

Elba Esther Gordillo contribuyó a que se consolidará esa minusvalía del docente. Los maestros saben de manera muy consciente que la “líder vitalicia” convirtió al SNTE, por ejemplo, en una fuente de ingresos por medio de la constitución de empresas de crédito, que en contubernio con las autoridades educativas se aplicaban descuentos por vía nómina para recuperar los montos prestados. Todo un negocio que significó el movimiento de miles de millones de pesos y que el beneficio fue para las empresas prestadoras de dinero que se dice estaban en las manos de Gordillo.

La indefensión llegó a su cúspide durante el gobierno de Peña Nieto cuando los maestros fue el sector más maltratado por el régimen político. Sin la debida socialización que condujera al consenso y el convencimiento, se planteó una reforma que tuvo una connotación coactiva en torno a la evaluación al desempeño docente.

Hay que reconocer que la quien se opuso a estos cambios y enfrentó a la presidencia, fue Elba Esther Gordillo. En consecuencia, el sistema reaccionó y tuvo que pisar la cárcel denunciada por delitos que la PGR y autoridades hacendarias no pudieron comprobar y hoy la posicionan como una luchadora contra el sistema que intentó denostar contra los maestros.

Esto la pone en el lugar para luchar por el espacio arrebatado. Juan Díaz de la Torre, el sucesor no pudo enfrentar el poder político de Gordillo que es aclamada por un sector de maestros que esperan su retorno. “Yo soy tengo el liderazgo, ellos tienen la chequera” – llegó a decir Gordillo hace algunos días cuando anunciaba la intención de hacer valer sus derechos y regresar a la presidencia del SNTE. El efecto ahora lo conocemos, Juan Díaz de la Torre tuvo que salir por la puerta de atrás, no pudo con al embestida de Gordillo y con ello le abre la puertas para una entrada triunfal y recuperar todo el control de la organización sindical.

No hay nadie, ninguna figura dentro de la SNTE que le pueda hacer frente al poder político de Gordillo. Por lo cual, en un proceso de elección interna no habría duda de que se concrete su regreso.

Hay maestros que lamentan que este caso, al parecer, sea representativo de la llamada amnistía y del perdón que ha propuesto Andrés Manuel López Obrador contra los políticos corruptos.