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“En las manos de Dios”: potente huracán Iota azota Centroamérica

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PUERTO CABEZAS, Nicaragua, 17 nov (Reuters) – El huracán Iota arrojó techos de zinc a las calles, derribó postes de electricidad y palmeras mientras azotaba el noreste de Nicaragua el martes, la segunda gran tormenta que golpea Centroamérica en un mes.

Iota tocó tierra en Nicaragua a última hora del lunes, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora (kph). A las 06.00 hora local (1200 GMT), sus vientos habían descendido a 135 kph a medida que avanzaba tierra adentro, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).

Puerto Cabezas, todavía parcialmente inundado y cubierto de escombros por la fuerza del huracán Eta de hace dos semanas, volvió a soportar la peor parte de la tormenta. Residentes asustados se apiñaban en refugios y se preocupaban por la comida y sus vidas.

“Podríamos morir”, dijo Inocencia Smith. “No hay nada para comer”, dijo, en referencia a las granjas de la zona que fueron destruidas por Eta.

De inmediato no había reporte de fallecidos o lesionados.

El viento arrancó el techo de un hospital improvisado. Los pacientes fueron evacuados, incluidas dos mujeres que dieron a luz durante las primeras lluvias de la tormenta el lunes, dijo la vicepresidenta, Rosario Murillo, en conferencia de prensa.

Cerca de 40,000 personas en Nicaragua han sido evacuadas a refugios, dijeron autoridades. Muchas áreas costeras están en riesgo de marejadas ciclónicas de hasta seis metros por encima de las mareas normales. En Honduras, 80,000 personas fueron trasladadas a un lugar seguro.

“Es el huracán más potente que ha tocado tierra nicaragüense desde que nosotros tenemos registros”, dijo Marcio Baca, director del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales.

Temprano en la mañana, Iota estaba a unos 145 kilómetros al oeste-suroeste de Puerto Cabezas, dijo el NHC. Se esperaba que se debilitara rápidamente a tormenta tropical a medida que avanzaba por el sur de Honduras y llegaba a El Salvador.

Es la primera vez que se forman dos grandes huracanes en la cuenca del Atlántico en noviembre desde que comenzaron los registros en 1851.

Iota también fue la primera tormenta de categoría 5 de la temporada de huracanes antes de perder un poco de velocidad en la costa para llegar a tierra como categoría 4.

Incluso después de debilitarse, las lluvias de Iota podrían causar deslizamientos de tierra y más inundaciones en la región anegada, advirtió el NHC, agravando el daño causado por Eta en Centroamérica, que devastó cultivos y arrasó las laderas hace dos semanas, matando a decenas.

“Estamos en las manos de Dios. Si tengo que trepar a los árboles, lo haré”, dijo Jaime Caal Cuz, de 53 años, un agricultor de la provincia de Izabal, en el sureste de Guatemala. “No tenemos comida, pero vamos a esperar aquí al huracán, pedimos a Dios que no venga, que se vaya”, agregó.