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Estratificación mental en México

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Por: Laura Elizondo Williams

Uno de los temas que han marcado a la sociedad en los últimos años, es la estratificación social. Ésta suele implicar que existe una jerarquía en términos de desigualdad que van conformando grupos tomando en cuenta sus características para determinar su pertenencia a cierto estrato.

Pero ¿Cómo se puede localizar la estratificación en México? Se pude identificar una estratificación social en donde se agrupan aquellas personas que poseen características comunes (funciones, costumbres, situación económica y de poder adquisitivo). De acuerdo con la Secretaría de Economía, los estratos sociales en nuestro país son seis, los cuales son: la clase baja, la baja alta, media baja, media alta, alta baja y alta.

Sin embargo, es fácil suponer que aquel que pertenece a la clase media o alta tendrá más oportunidades de aprender y educarse que aquel que se ubica en la clase baja.

Teniendo en cuenta que en la ley se establece que la educación es un derecho fundamental de toda persona y que al Estado nacional le corresponde velar por su realización (sin discriminación alguna), es oportuno cuestionarse ¿Por qué razón una persona de clase baja es factible que obtenga una educación mucho más precaria que una de clase alta?

Entre muchas de las razones que se pueden analizar, la más evidente es que el niño y joven que vive en un entorno de padres cultos, con posibilidades de acceder a información de calidad, donde se propicia el aprendizaje a través de paseos, viajes, programas de televisión, conversaciones cualitativas, etc.  tendrá más oportunidades de contar con una buena formación (a comparación de aquel que carece de los elementos más básicos, ya no para educarse, sino para sobrevivir).

Además, en México también existe la estratificación mental, aunque pocas veces ésta sea tomada en cuenta.

Esto involucra que aquella persona del estrato social bajo tenga un estrato mental del mismo nivel. Entendido esto como una disminución significativa en las habilidades de aprendizaje que requiere para enfrentarse a las diversas situaciones del día a día.

A través de la aplicación de las pruebas especializadas para determinar las habilidades de aprendizaje a poblaciones de todos los estratos sociales, se constatan que, aquellas personas que provienen de estratos sociales bajos tienden a poseer habilidades intelectuales significativamente más bajas que los de los estratos altos.

El vocabulario, el seguimiento de instrucciones, la toma de decisiones, las analogías o incluso el razonamiento lógico son habilidades que, al no desarrollarse adecuadamente van marcando ese camino hacia lo que en Lexium es llamado “estratificación mental” y esto, es muy grave para un país.

 La estratificación social tiene implicaciones importantes, pero la mental cobra factura a la persona que la experimenta y a la sociedad completa. Por si fuera poco, estas implicaciones también se ven reflejadas las generaciones por venir.

Es por esto por lo que se necesitan establecer acciones que permitan que cada persona (en todos los rincones del país) trabaje en desarrollar sus habilidades intelectuales y emocionales al máximo, está puede ser la fórmula más sencilla para lograr prosperidad.

Actualmente, existen diversas herramientas que nos permiten llegar a desarrollar estas habilidades para fortalecer nuestros conocimientos. Dentro de las más comunes se encuentra el uso de la motivación para generar iniciativa, compromiso e impulsarnos a para seguir nuestros intereses.

También podemos observar que la planeación anticipada, organización, ejecución y conclusión de proyectos, nos permite generar la habilidad correspondiente al funcionamiento ejecutivo.

Finalmente, el cuidado personal a través del ejercicio, el sueño, la buena alimentación y la salud (física y mental), favorecen a las habilidades emocionales al colocarnos en un punto de condición saludable.

Es así como uno de los principales objetivos que se deben de tomar en cuenta en nuestro país para este nuevo año, es el alimentar nuestras habilidades intelectuales y emocionales. Con el cumplimiento de esta meta, no solo lograremos tener un avance en la eliminación de la estratificación mental, también podremos transmitir estos conocimientos a las nuevas generaciones que se encuentran en el desarrollo de su educación.

 

 

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