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Etiopía vota este lunes en unas elecciones eclipsadas por la guerra de Tigray

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Adís Abeba, 20 jun (EFE).- Etiopía celebrará este lunes sus sextas elecciones generales, anunciadas como las más democráticas de la historia del país africano pero eclipsadas por problemas como la guerra en la región norteña de Tigray y la violencia interétnica.

“Ya hemos mantenido nuestra integridad territorial y nuestra soberanía, ahora estamos trabajando para convertir el Cuerno de África en la potencia de África”, dijo el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, en su único mitin electoral celebrado este miércoles en el estadio de la localidad de Jimma (suroeste), de donde es oriundo.

Abiy, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019 por poner fin al largo conflicto con la vecina Eritrea, también prometió una jornada pacífica en lo que él considera el “primer intento de la nación de elecciones libres y justas”.

A pesar de que Etiopía celebra elecciones desde 1995, ninguna votación ha sido realmente competitiva a excepción de los comicios de 2005, pero la disputa por los resultados causó entonces graves disturbios y la muerte de al menos 200 manifestantes a manos de la policía, así como el encarcelamiento de líderes de la oposición.

Los comicios del lunes, en los que Abiy busca revalidar el puesto en su primera prueba en las urnas desde su llegada al poder en 2018, estaban inicialmente previstos para el 29 de agosto de 2020 y más tarde para el 5 de junio de 2021 pero fueron pospuestos primero por la pandemia de la covid-19 y después por problemas logísticos.

Más de 44.000 colegios electorales, que abrirán a las 06:00 hora local (03:00 GMT) y cerrarán a las 18:00 hora local (15:00 GMT), se han habilitado en casi todo el país.

Tan solo se han registrado, sin embargo, 37,4 millones de votantes, una cifra muy baja para el segundo país más poblado del continente africano, con unos 110 millones de habitantes.

ELECCIONES POSPUESTAS Y BOICOT

En los comicios, en los que también se vota a los parlamentarios regionales, los etíopes eligen a los 547 diputados de la Cámara Baja del Parlamento federal, que escogen, a su vez, al primer ministro (jefe del Gobierno y máxima autoridad del Estado, pues el presidente carece de poder ejecutivo), para un mandato de cinco años.

Pero al menos 63 de esos asientos quedarán vacíos de momento, después de que la Junta Nacional Electoral de Etiopía (NEBE) anunciara el aplazamiento de las elecciones en varios estados del país por irregularidades, dificultades con las papeletas, retrasos en el registro de votantes o problemas de seguridad.

Las votaciones se han pospuesto hasta el próximo septiembre en las regiones de Harari y Somalí y en decenas de distritos de las regiones de Benishangul-Gumuz, Oromía, Amhara y la Región de las Naciones y Nacionalidades de los Pueblos del Sur.

Tampoco se celebrará la votación en Tigray, asolada desde principios de noviembre pasado por ofensiva armada que el Gobierno federal lanzó contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante hasta entonces en esa región.

Para este territorio, donde han muerto miles de personas desde el inicio del conflicto -condenado por gran parte de la comunidad internacional- y cerca de dos millones se han visto forzosamente desplazadas, no existe una fecha electoral fijada todavía.

Los comicios se ven marcados también por el boicot de los dos grandes partidos de Oromía (feudo de los oromos, primer grupo étnico del país, y la región más poblada), el Congreso Federalista Oromo (OFC) y el Frente de Liberación Oromo (OLF), en protesta por el encarcelamiento de algunos de sus líderes.

El presidente del OFC, Merera Gudina, aseguró a Efe esta semana que las elecciones no resolverán el caos político que vive el país.

“Si el Gobierno actual necesita sanar a Etiopía como nación, lo que debería hacer es iniciar un diálogo nacional inclusivo”, demandó Merera.

EL PARTIDO DE ABIY, GRAN FAVORITO

En estos comicios, al menos 46 partidos opositores han presentado candidatos alternativos al gobernante Partido de la Prosperidad (PP), gran favorito frente a una oposición muy fragmentada y compuesta por formaciones más pequeñas que representan a grupos étnicos en un país donde conviven más de ochenta etnias.

Abiy creó ese año el PP -partido que defiende la identidad nacional frente al nacionalismo étnico- tras disolver el Frente Democrático Revolucionario Etíope (EPRDF, coalición de cuatro fuerzas regionales representativas de grupos étnicos mayoritarios), que había dirigido el país con mano dura desde 1991.

El hecho de que se postulen tantos partidos a estas elecciones es todo un hito democrático, algo ensombrecido quizás por la cancelación en mayo de la misión de observación electoral de la Unión Europea porque “no se cumplen las condiciones” y no se alcanzó un acuerdo con Etiopía sobre los parámetros para su despliegue.

Sí que supervisarán los comicios una misión de la Unión Africana y otra del National Democratic Institute y el International Republican Institute, dos organizaciones estadounidenses.

“Tengo que votar al menos para ver un cambio en el Parlamento federal, donde la oposición tenga un número significativo de asientos, para que no sea demasiado fácil para el ganador”, declaró a Efe Yemiserach Tewodros, una contable de 37 años que reside en Adís Abeba.

Como Yemiserach, muchos etíopes votarán con escepticismo en los comicios de mañana, cuya credibilidad democrática llega dañada a la jornada electoral.