Tokio, 23 jun (EFE).- La bolsa de Tokio cosechó este jueves un cierre mixto, con los inversores divididos entre el optimismo sobre una recuperación de la demanda turística en el país y la preocupación a una potencial recesión económica en Estados Unidos.
El Nikkei, que agrupa a los 225 títulos más representativos del mercado, subió un 0,08 % ó 21,70 puntos, hasta 26.171,25 enteros.
En cambio, el Topix, que incluye a las firmas de la sección principal, las de mayor capitalización, retrocedió un 0,05 % ó 0,91 puntos, hasta situarse en 1.851,74 unidades.
El parqué tokiota abrió al alza, impulsado por el buen desempeño de las empresas de transporte de pasajeros ante las perspectivas de un incremento de la demanda turística a medida que Japón flexibiliza las restricciones fronterizas que adoptó por la pandemia de covid-19, reabre rutas internacionales e incentiva los viajes.
Pese al optimismo a este respecto, los inversores se abstuvieron de realizar operaciones arriesgadas después de que el presidente del banco central estadounidense reconociera que la agresiva subida de tipos de interés de la entidad para frenar la inflación podría llevar al país a la recesión, pese a no ser su intención.
El sector del transporte aéreo y la alimentación cosecharon las mayores ganancias del día, mientras que el de la minería y el de los metales no ferrosos anotaron las principales pérdidas.
Las dos mayores aerolíneas japonesas, Japan Airlines (JAL) y All Nippon Airways (ANA), subieron un similar 1,93 % y 1,96 %, respectivamente.
El fabricante de equipos de análisis para semiconductores Lasertec acumuló el mayor volumen de operaciones del día y subió un 0,59 %.
El grupo de telecomunicaciones e inversión Softbank sumó un 1,55 %, mientras que la empresa automotriz Toyota cayó un 1,36 %.
La multinacional tecnológica y del entretenimiento Sony bajó un 1,09 % y la compañía de videojuegos Nintendo perdió un 0,76 %.
En la sección principal, 1.100 empresas subieron frente a 668 que bajaron, mientras que 70 cerraron sin cambios.
El volumen de negociación ascendió a 2,65 billones de yenes (unos 18.480 millones de euros).
