París, 29 abr (EFE).- La economía francesa, que había crecido un 7 % en 2021 por efecto de la recuperación tras la crisis de la covid, se estancó en el primer trimestre de este año, un dato peor de lo esperado en un contexto marcado por la inflación y los efectos del conflicto en Ucrania.
El Instituto Nacional de Estadística (INSEE) indicó este viernes que la causa de este crecimiento 0 entre enero y marzo fue el retroceso del consumo de los particulares (-1,3 %), a lo que se sumó una ralentización del ritmo de progresión de la inversión (0,2 % después del 0,3 % en el cuarto trimestre de 2021).
En un comunicado, el INSEE señaló que el comercio exterior contribuyó de forma positiva al producto interior bruto (PIB) con una décima en el primer trimestre, cuando la aportación había sido nula entre octubre y diciembre.
Por el lado de la producción, su progresión dio muestras de debilidad, con un alza del 0,5 % entre enero y marzo, después de haber subido un 1 % en los tres meses precedentes.
La influencia sobre el consumo de la guerra en Ucrania, que empezó el 24 de febrero, es evidente con los datos mensualizados presentados también este viernes por el instituto estadístico.
Después de haber aumentado un 0,9 % en febrero, la tendencia se invirtió en marzo, con una contracción del 1,3 % en marzo.
Esta primera estimación del PIB en el primer trimestre está netamente por debajo de las expectativas del propio INSEE, que había anticipado un incremento del 0,3 %.
El Banco de Francia también era más optimista, ya que había previsto una expansión del 0,25 %.
