unotv.- Científicos e investigadores de la Facultad de Ciencias de la UNAM dieron a conocer en la Gaceta universitaria de este mes que la cantidad de agua y las grandes mareas que actualmente se registran en la Tierra están frenado la velocidad de su rotación, lo cual ocasiona que la Luna se aleje 3.8 centímetros cada año.
Explicaron que actualmente la distancia entre la Luna y la Tierra es de 384 mil kilómetros y que, pese a que el satélite natural se aleja poco a poco, nunca dejará de ser parte del sistema solar.
Ciertamente, sin la Luna sería imposible entender la vida en la Tierra, ya que tiene un papel importante en la evolución de los organismos. Por ejemplo: hay plantas que tienen un ciclo relacionado con ella porque en las noches se abren; incluso hay insectos con ciclos de vida nocturnos.
Antonio Lazcano Araujo, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM, explicó que la Luna y la subsistencia en la Tierra existirán por muchísimo tiempo; concluyó que la vida siempre estará presente porque evoluciona, sobre todo los microorganismos y bacterias que son extraordinariamente resistentes.
Está comprobado que la Luna estaba mucho más cercana de la Tierra de lo que está ahora. Esto hacía que las mareas fueran más intensas y frecuentes.
Sin Luna ¿se acabaría la vida en la Tierra?
Los expertos consideraron que, sin lugar a dudas, algún día la Luna no estará tan cerca de la Tierra; sin embargo, no la perderemos; para cuando eso ocurra, y la cantidad de luz que emana de ella sea menor en la Tierra, la evolución biológica habrá permitido que seres vivos y plantas se hayan acoplado a las nuevas condiciones.
“Hay muchos planetas fuera del sistema solar; sin embargo, no hay ninguno como la Tierra; y eso también se le debe a la Luna, por ello tenemos una responsabilidad de vida con nuestro mundo, porque es muy probable que no podamos ir a habitar otro”, subrayó.
Especialistas opinan que la vida se acabará en cinco mil millones de años; sucederá cuando el Sol se convierta en una estrella roja, crezca y absorba a Mercurio, Venus y, luego, la Tierra.
