Inicio Análisis político Columnista MPV La mujer sabia edifica su casa o sobre los errores más comunes...

La mujer sabia edifica su casa o sobre los errores más comunes en una relación

1804
Psicóloga Deya Álvarez.

Para todas mis amadas amigas y conocidas, que están “sufriendo” por un hombre. No lo hagan princesas. El varón que las ame y merezca, jamás las lastimará ni con el pétalo de una rosa. Si lo hace, es que no era el indicado para ti. Pero si aun así sientes que lo amas, y no lo puedes “soltar”, lee el siguiente escrito, quizá te ayude en el proceso, mientras se devela la voluntad de Dios… El hombre que Dios tiene para ti, tu compañero ideal sí existe. A mí me llegó, y también a ti, si sabes esperar y no realizas decisiones impulsivas eligiendo al inadecuado (alguien que no te ame), pues la factura siempre te llegará.

Querida amiga, quizá tú no me conoces, ni yo a ti, pero créeme que te entiendo y quiero escribirte con el corazón. Sé que lo amaste, a tu manera, con errores, y equivocaciones de quien tiene cicatrices en el alma, de a quien no le enseñaron a amar. Él fue tu todo, lo idolatraste, y como humano que es, te falló. ¿Qué hacer ahora con tu dolor? Poner tu corazón en las manos de otra persona, siempre conduce a un desastre cual crónica de una muerte anunciada, pues sólo Dios merece ese lugar… Créeme, siento y me duele tu dolor. Y no quisiera decirte lo siguiente, pero es mi deber: a veces Dios no te da lo que pides, pues sabe que crecerás más sin tenerlo. Podríamos buscar culpables, etiquetarlo como un “desgraciado” al más puro estilo de Laura; incluso podrías invertir tu valioso tiempo mental en imaginar 1,000 y una formas de que le caiga un camión encima, o gritar ¡guardias! Y que se lo lleven los romanos directo al Coliseo. Pero no, eso no te llenará. Quizá alimente tu ego un momento, pero no es la salida sana a tu dolor… Te humilló, te fue infiel, está con otra y ella debe ser la “encarnación del mal”, se van a ir al infierno y tú al cielo, tú jamás le fallaste ¿y así te paga?, siempre viste por sus hijos y se fue, así nada más, pues sólo quería un pretexto, y ni las gracias te dieron. Créeme, con tu amargura no irás al cielo, y ellos, sí tienen posibilidad de ir al cielo, pues el único pecado sin perdón es la blasfemia en contra del Espíritu Santo, de ahí en fuera, Dios nos ama a todos. Pero ¿sabes? Dios tiene un propósito, incluso en medio de todo esto. En primer lugar, debes reconocer que una relación es de dos, y que uno sólo no es el culpable de lo ocurrido. Ello requiere una gran dosis de honestidad. Puede doler, calar, pero es necesaria. En segundo lugar, si tú eres una mujer promedio, seguramente no actuaste como psicópata, aunque sí pudiste haberte salido de tus casillas, como todos en algún momento de nuestras vidas, pero cae dentro del rango de lo normal (concepto de difícil definición). La diferencia radica en que la persona con psicopatía, carece de empatía, de sentimientos reales de afecto y amor hacia los demás, utilizándolos solo como objetos o medios para sus fines, llegando incluso a la violencia física, psicológica, sexual, económica, etc. Si tu relación no ha llegado a esos extremos (ni quisieras que llegue), sigue leyendo. Y si ya llegó, también. A continuación, te comparto unos consejos que pueden ayudarte en esta difícil travesía de sobreponerte a una ruptura amorosa, con cualquiera de los dos finales posibles: que regresen y todo continúe, incluso mejor que antes; o que cada quien siga su camino, siendo felices solos o con alguien más, pues todos tienen derecho a una nueva oportunidad para rehacer sus vidas, incluyéndote…

  • No pierdas la fe, ni te sientas derrotada. Pon tu confianza en Dios, cualquiera que sea el resultado, él regrese o no. Tu gozo debe estar puesto en Dios y no en un hombre. La angustia, desesperación, falta de control emocional, pérdida de paz y tristeza, son reacciones comprensibles, pero tú decides hasta cuándo. Mantén la lucha, y continúa tu camino de conversión, buscando la sanidad de tu alma, y la santidad. Créele a Dios, no sólo creas en Dios. Son dos cosas muy distintas. Lee la biblia (salmos, por ejemplo), ora, no desistas, pero clama porque se haga Su voluntad y no la tuya, aceptando con gozo, cualquiera que fuera el resultado.
  • No lo persigas, presiones, acoses, busques, o intentes manipular a través de tus hijos, en caso de tenerlos, pues huirá de ti, y si esto es constante a través del tiempo, incluso podrá ser para siempre, poniendo autoridades de por medio (orden de restricción, pues el acoso no es un juego). No llores, no exijas, no utilices tu red social para poner indirectas, o mostrar cuán feliz eres sin él, o para intentar darle golpes emocionales bajos, al subir fotografías de tus hijos. Todo ello él lo identificará como un intento de manipulación emocional, y en vez de ser más deseable, te repelerá. Es mejor entregarle todo a Dios, y dedicarte totalmente a Él, y a ti misma. Sé que duele, pero no hay mejor cura que estar ocupada en el servicio a Dios, y cuando nos ocupamos de sus asuntos, Él se ocupa de los nuestros. Y ese es el mejor de los tratos ¿o no? Quizá no te den ganas de levantarte, pues estás deprimida. Pero la motivación en estos casos, surge posterior a la acción. Así que sólo levántate, acude a un grupo de lectura bíblica, oración, servicio social-comunitario, y verás cómo tu panorama comienza a cambiar. Que tu mundo sea Dios y no un hombre. Paradójicamente así lo atraerás más, y si no a él, al que Dios tenga preparado para ti, pues hay amor para todos.
  • No lo juzgues, critiques, te vengues. No hables mal de él o de ella, si él ya está con alguien más por su propia decisión. Perdona y bendice, recordando que nadie puede obligar a nadie a amarnos, y que a la fuerza los zapatos no entran. Trata de evaluar qué pudiste hacer mejor en tu relación, empezando por elegir a un hombre que te ame de verdad, y no al que sólo tú ames o pienses que lo haces. Los requisitos fundamentales para que una relación funcione son siempre: que ame a Dios y que te ame a ti. Lo demás, es circunstancial. Puede ejercitarse con el tiempo. Pero, si ama a Dios y no a ti, habrá problemas. Si no ama a Dios y sí a ti, también los habrá. Debe contar con los dos ingredientes, y en tu caso, también debes tener ambos.
  • Vive solo el presente. El pasado, ya pasó. Y el futuro está en manos de Dios. Él tiene el control y no uno. Acepta su santa voluntad, buena, agradable y perfecta, sea cual fuese. Fomenta tu relación íntima con Dios, que no sea superficial, y mucho menos para que él la vea. Debe ser genuina, con una fe no fingida. Aprende a esperar en Dios, y a aceptar su voluntad. No sé cuál será el resultado final de tu problemática, pero sí sé que si abandonas tus dificultades y sufrimientos en manos de Dios, Él te dará lo que considere mejor para ti, y puede que sea él, o puede que no. Pero que sea Dios quien decida, no tú. Descansa en Él. Mientras tanto: ora, ayuna, nútrete con la palabra de Dios, escucha alabanzas, realiza devocionales, genera un grupo de amistades que también amen a Dios, y recuerda no hablar mal de tu ex, pues denotará amargura, y eso sólo te perjudica a ti.
  • Un último punto, es que si vives en unión libre, pidas a Dios sabiduría para que te muestre, si es con él con quien en realidad debes estar, para casarte como está en los planes perfectos del Señor para aquellos que le aman, o no. Si la respuesta es sí, él se acercará a Dios junto contigo y ambos darán el tan anhelado paso. Si la respuesta es no, seguro viene alguien mejor para ti, en la perfecta voluntad de Dios, que muchas veces no es la nuestra, pero qué sabio es el Señor. Duele al principio, pero después, se agradece.

Un gran abrazo querida amiga. Dios te bendiga cada día más.

Bendecidos para bendecir.

Envíame un whatsapp si requieres platicar con alguien: 0449991-20-66-69 Mérida, Yucatán, México.