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De la oscuridad a la luz o sobre las actitudes que marcan la diferencia

Cuando las sombras de un reflejo inconsistente hacen mella en nuestro andar, es hora de lanzar las vendas al vuelo, y dejarnos bien guiar. Esta frase, sellada en mi espíritu, refleja la importancia de quitar todo prejuicio, idea falsa, déficit de integridad, subjetivismo y relativismo moral de nuestras vidas, si anhelamos ser verdaderos agentes de cambio en una sociedad que en el no silencio de un grito desesperado, así lo necesita y manifiesta. Hoy, amanecí poética, y con el sonar de cada letra enraizada en una vivencia armónica, dejo fluir la alabanza en forma de escrito, libre, sin censura y con sabiduría que no es propia sino eterna. Eventos múltiples se han suscitado en esta semana en el mundo entero. Aconteceres que sin tregua, han cambiado el curso de la historia, misma que se escribe sin borrarse en el papel de las conciencias colectivas y personales. En la sencillez de un gesto sincero, se encuentra lo valioso y verdadero. La apariencia puede engañar, pero lo auténtico se nota sin hablar. Por los frutos se conoce al árbol. ¿Qué frutos estamos dando como personas, familias y nación? Elecciones celebradas en países hermanos, donde la corrupción también hace acto de presencia y el sentir real del pueblo es ignorado; malestar social profundo y sostenido por políticas anti-seres humanos, existan muros o no, siendo el peor de ellos, la soberbia de quien falazmente se cree superior. La soberbia, es una enfermedad, y como tal, debe tratarse con inyecciones diarias de humildad, que se adquieren al aguzarse cual hierro en el trato diario con los demás. ¿Qué actitud tienes ante la vida? No seas como las olas, que reaccionan a cualquier viento, sino que forja tus cimientos, en lo inamovible y eterno: en esa relación y no religión, llamada Jesús, que nos vino a salvar, sanar y modelar un camino de regreso al Padre, con acceso directo y en zona vip. ¿Cuántos minutos al día tomas para quejarte de situaciones y cuántos para agradecer por todo lo que tienes, mucho de lo cual quizá no necesitas, pero ahí está? Piensa como niño, ten fe y ama cual chiquillo que sin chistar se baja de la barca, pues sabe que manos protectoras sobrenaturales le recibirán. Hablando de esa fe y actitud que marca la diferencia al andar, debemos cuidar siempre ser luz y no oscuridad en la vida de las personas, siendo el caso específico de las palabras proferidas de un varón hacia una mujer, aquellas piedras sólidas de manera ideal, sobre las cuales ella y él habrían de caminar, y viceversa, pues es cuestión de lealtad. Si todo fue producto de emoción, se esfumará cual viento o tifón. Si Dios fue quien guiaba, la relación cada día no irá de bajada. Prosperar y caminar en victoria es promesa, de quienes por fe, nos movemos sin pereza…

Oda a la mujer sabia…

Un varón traído aún no sé por quién a mi vida, me dijo un día:
Tuyo es mi corazón, princesa linda, hermosa Deyita,
tuyo es este lugar, tu diseño embona perfecto,
y yo casi sin aliento y sin poder respirar,
creí cual niña, ingenua en las artes de amar,
que sus palabras eran fe y no una labia habitual.
Al confundirse emociones, con anhelos muy profundos,
se cometen transgresiones a las almas en el mundo,
Hermosa princesa que en su castillo solía siempre habitar,
regresa a él pues un cuchillo clavado en su alita está.
Si Dios fuera un pretexto perfecto, para no pelear las batallas,
cuántos canallas habría insurrectos, por las derrotas no peleadas.
Varones necios que habláis sin pensar,
a las damitas que no hacen más que confiar.
Varones sabios que con espíritu hablan,
Dios bendiga sus labios, sus pasos, que nunca fallan.

 

Lo sencillo, se traduce en “pensar niño” o ser como niños. Un ejemplo maravilloso, es el pasaje bíblico donde Pedro se bajó de la barca, el cual textual señala en Mateo 14:28-31:

“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

¿Cuántas actitudes negativas son las barcas en las cuáles todavía estás parado y no te has atrevido a bajar de ellas, auto-justificándote, pero siendo el motivo real tu falta de fe?

Reflexiona sobre ello, y el día de hoy, elige distinto. Si no cambias ahora, ¿cuándo?, decídete y avanza en el camino correcto en este momento. Perdona y perdónate. Restituye los daños, no sólo tengas “labia” ya que esa cualquiera. Sé un varón y una mujer, que con integridad, marquen la diferencia en positivo y con valores, en la vida de quienes les rodean. El poema, seguirá escribiéndose. Se llama vida, el lienzo es nuestra alma, y los mejores colores los pone el Espíritu Santo, cuando nos dejamos guiar por Él, ya que el ser humano es limitado, pero Dios todo lo puede transformar, en un abrir y cerrar de ojos. Fuera vendas, de luz a oscuridad, en el nombre de Jesús, así sea.