México, 6 Abr (Notimex).- La uveítis es una inflamación que se origina en cualquier parte de la capa interior pigmentada del ojo, conocida como úvea o tracto uveal, y puede causar daños severos en la visión debido a sus secuelas como: cataratas, glaucoma, desprendimiento de la retina, entre otros.
A nivel mundial, se estima que aproximadamente mil 300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual, de las cuales 188.5 millones tienen una deficiencia visual moderada, 217 millones tienen una deficiencia visual de moderada a grave y 36 millones son ciegas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La úvea se puede inflamar debido a una infección o un trastorno autoinmunitario en la que las defensas del organismo ataquen sus propios tejidos.
La incidencia anual de la uveítis, de acuerdo con un artículo es de aproximadamente 17 por cada 100 mil, en el grupo de edad de 25 a 44 años. Además, esta enfermedad puede causar opacidades vítreas, anormalidades vasculares retinianas, edema macular quístico y atrofia óptica.
Los síntomas pueden ser leves o graves dependiendo de cuál sea la parte afectada y del grado de inflamación, pero pueden incluir: enrojecimiento en los ojos, puntos negros y rojos irregulares flotando, entre otros.
La inflamación puede afectar una parte o la totalidad del conducto uveal el cual está conformado por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.
Esta inflamación limitada a una parte de la úvea se denomina, según su localización, uveítis anterior, intermedia, posterior o bien panuveitis que es la inflamación que afecta todo el conducto uveal.
De acuerdo con el manual de Merck de Información Médica General, alrededor del 40% de las personas con uveítis tienen un trastorno que también afecta órganos en otras partes del cuerpo, éstas incluyen: las enfermedades inflamatorias y la artritis idiopática juvenil, entre otras.
Otras posibles causas son las infecciones que pueden afectar a los ojos como el herpes, la culebrilla, la toxoplasmosis y el citomegalovirus que se presenta principalmente en personas infectadas por el VIH.
El médico establece el diagnóstico a partir de los síntomas y de la exploración física.
