SHENZHEN, China (Reuters) – Las empresas europeas en China están a la espera de la próxima oleada de trastornos por los brotes de COVID-19 y ven pocas posibilidades de mejora hasta que el país no aumente las tasas de vacunación, dijo el lunes la Cámara de Comercio Europea en China.
Shanghái ha establecido planes para poner fin a su confinamiento por COVID, que ha durado más de seis semanas, lo que ha afectado a la economía china, donde la producción industrial y las ventas minoristas cayeron en abril al ritmo más rápido en más de dos años, incumpliendo las expectativas.
Sin embargo, aunque se acaben las cuarentenas de Shanghái el mes que viene, las restricciones a los viajes al extranjero de los ciudadanos de la China continental y el riesgo de que se produzcan nuevos brotes de ómicron están creando incertidumbre, según afirmaron representantes de la Cámara de toda China durante una mesa redonda.
“El panorama es bastante sombrío”, afirmó Bettina Schoen-Behanzin, vicepresidenta de la Cámara. “La confianza de las empresas ha recibido un duro golpe debido a las continuas políticas erráticas de cierres de Shanghái”.
“Muchas empresas y particulares están considerando seriamente su presencia en China”.
China afirma que su enfoque de “cero-COVID” es necesario para evitar que los recursos sanitarios del país se vean desbordados.
Jorg Wuttke, presidente de la cámara, dijo que era muy poco probable que los problemas de COVID en China se resolvieran en la segunda mitad del año, dada la alta transmisibilidad de la variante ómicron.
