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Llegó el momento

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Hace dos años, muchos deseábamos que finalmente llegara el 2018 porque queríamos que terminara el sexenio desastroso de Peña Nieto. Hoy, a pesar de los innumerables obstáculos que se pusieron en el camino, finalmente llegamos.

El primer candidato en destaparse fue Andrés Manuel López Obrador, un antisistema catalogado como “un peligro para México”. Un candidato que siempre intentó exhibir los errores y la malicia de los gobernantes y el tiempo, Peña, el PRI y el PAN le dieron la razón.

El segundo fue José Antonio Meade Kuribreña, el candidato oficial, electo por ser un priista limpio, o quizá, el menos sucio. Un candidato competente que intenta poner su imagen sobre el partido que lo postula, pero que, hasta hoy, no lo ha logrado.

El tercero, Ricardo Anaya Cortes, el chico maravilla, un orador sencillamente espléndido pero que logró su candidatura pisando a otros. Un candidato que quiere postularse como antisistema, pero no lo logra, pues a la vista de todos, sigue representando al mismo sistema, a pesar de, prácticamente, declararle la guerra a EPN.

El cuarto, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, el primer gobernador independiente en la historia de nuestro país, que le prometió a los nuevoleonenses quedarse, y, sin embargo, se fue. Un candidato que se ha caracterizado por propuestas un tanto radicales.

Estos son los personajes que contienden por la silla presidencial, y me temo que, a pesar de las virtudes de cada uno de ellos, ninguno está a la altura de los grandes retos que enfrenta y enfrentará nuestro país. De manera externa, la potencial amenaza que representa Donald Trump para los migrantes y México; e internamente, la inseguridad, pobreza, y corrupción incrementa, eso sin mencionar la ingobernabilidad.

Hoy la balanza se inclina hacia un candidato, AMLO. Yo me atrevería a decir que lo único que separa a Andrés Manuel de la presidencia es el primero de julio, muchos intentarán frenarlo, ya sea mediante guerra sucia o por la maquinaria de poder, aunque otros tantos lo respaldarán ferozmente.

Las encuestas no toman en consideración los factores mencionados, entonces es posible inferir que las elecciones serán sumamente competidas, tal vez no por la popularidad individual que cada uno tiene, sino por lo que puede suceder tras bambalinas. 

Estamos a una semana de las elecciones más importantes en la historia de nuestro país; a una semana de elegir continuidad o cambio; de definir el futuro de México, por lo menos, en los próximos seis años.

Y puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que pase lo que pase este primero de julio sin importar quien gane, México no volverá a ser igual, porque cada vez son más las consciencias que despiertan en un país que observa como su gobierno e instituciones se corroen y se caen a pedazos.

Llegó el momento que tanto habíamos anhelado, están dadas las condiciones para que el pueblo defina su propio futuro, pues en nuestras manos está la pluma con la cual se escribe la historia.

Es el momento de nosotros, los humillados, ignorados, las ovejas negras, a quienes se le ha hecho a un lado, a los silenciados, desaparecidos, activistas, periodistas, soñadores, demócratas, humanistas, es nuestro momento.

No importa por quien vayas a votar el próximo domingo, pero no votes con el estómago ni con miedo, sino vota consiente pensando en tu futuro, el de tus hijos, y en el de México, recuerda que este país no quiere una improvisación más y, a decir verdad, tampoco lo soportaría.