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Maestros tiemblan ante depuración magisterial emprendida por la SEP

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De que hay muchos vicios corruptos en el Sistema Educativo Mexicano, no se puede negar.

Como si fuese a un fondo perdido es la aplicación del presupuesto educativo. Resulta muy sencillo, por las necesidades de las escuelas en construcción y mantenimiento que se aprovechen los presupuestos para inflar costos y conseguir “mochar” del recurso público. Una realidad que va desde los mandos superiores hasta los más cercanos y propios de una institución educativa, ya sea en preescolar, primaria, secundaria o preparatoria.

Con el fortalecimiento de la gestión en la reforma del 2013 mucho recurso fue parar directamente en las instituciones educativas. Algunos, la mayoría, fueron con buena intención de mejorar la infraestructura física de las instituciones y hasta para la capacitación de los docentes frente a la obligación de la evaluación al desempeño docente. Solo en algunos casos, se conoce de malversación de los fondos y recursos económicos. Algunos de esos casos están en rendición de cuentas y hay directores que están siendo requeridos para dar las explicaciones y justificaciones pertinentes.

Aunado a este escenario de comprobación de gastos de los recursos públicos, al inicio de este ciclo escolar el secretario de educación federal Esteban Moctezuma advirtió que habría una depuración en las plazas docentes.

Y al parecer la revisión va en serio.

En varias escuelas, tanto públicas como privadas, la secretaría de educación ha solicitado que los maestros entreguen copia de la credencial de votar y la firma correspondiente.

¿Cuál es la intención?

Cruzar toda esa información para poder detectar situaciones anormales como puede ser que un maestro imparta en varias escuelas y tenga más horas de lo que humanamente correcto pueda impartir. Una práctica común que muchos conocemos quienes estamos inmersos en el sistema educativo es de maestros que tienen plaza, sacan una comisión o se coluden con los directores o supervisores para sustituirlos en las escuelas oficiales y permitirle impartir clases en escuelas privadas. Sin duda, una práctica deshonesta y no profesional que va contra el espíritu del pueblo bueno y sabio de la cuarta transformación.

Lo que hay que destacar de este proceso, es que tales prácticas corruptas e insanas para las finanzas públicas pueden conllevar consecuencias legales para los maestros que han lapidado el recurso público de manera deshonesta.

Lo que trae consigo mayor estrés entre los posibles candidatos a ser llamados para explicar estos actos no profesionales y corruptos.

La limpieza del sistema educativo es necesaria y debe abonar a una mejor práctica de la función docente sin la colusión para cometer actos corruptos que impacten la eficiencia del gasto público en detrimento de otras necesidades que igualmente deben ser atendidas por las autoridades.