Por Francisco Trujillo. Corresponsal
Dallas, 28 Sep (Notimex).- El origen, la potencia, el aspecto de la marihuana y sus formas de consumo han evolucionado en las últimas décadas a un ritmo más acelerado que el de su proceso de legalización en Estados Unidos y el mundo.
La cannabis disponible hoy en día en los dispensarios estadunidenses, donde su venta es legal, es muy diferente a la que solía circular entre la juventud rebelde de las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado. Además, cada día que pasa la población la considera menos peligrosa.
La marihuana ahora no solo se fuma, también se vaporiza, calentándola directamente o se obtiene de algún concentrado en aceite o cera y ha pasado a ser el ingrediente activo en múltiples alimentos, dulces o bebidas, y hasta en goma de mascar, esto sin contar sus usos en cremas y medicamentos.
La planta de marihuana cultivada y comercializada legalmente en Estados Unidos, en sus dos tipos principales, Indica y Sativa, es generalmente ahora más pequeña pero tres o cuatro veces más potente que hace 40 años.
La cannabis actual contiene valores cercanos al 30 por ciento de tetrahidrocannabinol (THC) el compuesto psicoactivo en la planta, de acuerdo con mediciones hechas en laboratorios de la American Chemical Society (ACS).
Hace tres décadas, los niveles de THC estaban muy por debajo del 10 por ciento y la mayor parte de la marihuana que se consumía en Estados Unidos (70 por ciento) era cultivada en México y Colombia.
La marihuana que entró de contrabando desde Latinoamérica en los 70 era en buena parte una mezcla de hojas, tallos, semillas y flores.
Muy poco del producto era en realidad la flor feminizada (sin semilla) que es la que aglutina el mayor contenido de THC y que ahora es prácticamente lo único que se vende, sin ser procesado.
En la década de los 70 y 80 en Estados Unidos comenzó a prevalecer el uso de sistemas hidropónicos que con el agregado de iluminación artificial permitían realizar cultivos bajo techo, lo que fomentó que se multiplicaran los cultivadores caseros y aumentara la producción nacional disminuyendo las importaciones.
Los productores, comenzaron en sus sótanos y cocheras a cruzar las plantas en búsqueda de nuevas variedades de más calidad para cumplir con las demandas de mayor potencia del usuario. Esto vino a generar un sinnúmero de variedades, con características muy variables.
La legalización, primero para uso médico en 1996 en California y desde 2014 para uso recreativo en Colorado, dio luz verde a una industria que ha venido a acelerar el desarrollo de la planta, y la multiplicidad de productos y formas para consumirla.
Actualmente, el cliente de un dispensario tiene a su disposición decenas de variedades de marihuana y diferentes formas de consumirla, por lo que una visita a una de estas tiendas se asemeja a ir con un boticario y ser aconsejado sobre el tipo y la variedad que más se acomoda para la ocasión.
Por sus características se prefiere variedades de Sativa para el día y de Indica para la noche, pero también existen híbridos.
La legalización ha acelerado el mejoramiento del cultivo y han surgido variedades con más porcentaje de THC, lo que ha hecho a la marihuana intencionalmente más potente. Esto alimenta la controversia entre los grupos anti-legalización que ven en ello un problema mayor de salud social que antes.
Los defensores de la marihuana, sin embargo, creen que los estándares de producción son más altos y que los métodos para consumir marihuana son más seguros, por lo que no hay nada de qué preocuparse cuando se trata de plantas más potentes.
La potencia, el nivel de contenido de THC, es importante empero cuando se decide la forma en que se va a consumir.
La marihuana tradicionalmente se ha fumado, lo que permite sentir su efecto de inmediato, medir su potencia y posiblemente moderarse en su uso.
Pero cuando se consume en un comestible (edibles, en inglés) como galletas o dulces, su efecto tarda en sentirse alrededor de una hora, tiempo para el cual tal vez se haya consumido más de la cuenta.
No existen registros médicos de muertes por sobredosis de marihuana, pero el consumo de “edibles”, se ha relacionado con múltiples hospitalizaciones por ataques de ansiedad, paranoia, alucinaciones y en algunos casos insuficiencia respiratoria.
En las nueve entidades estadunidenses donde la venta recreativa de la marihuana es legal, la falta de reglamentaciones especificas sobre la venta y consumo de “edibles” ha causado preocupaciones de seguridad entre las autoridades y los propios comerciantes y productores.
La marihuana continua principalmente fumándose en cigarrillos y en pipas, pero existe una creciente tendencia a abandonar este tradicional método y sustituirlo por el vaporizador.
Esto consiste en calentar los ingredientes activos contenidos en la planta de cannabis a su temperatura de evaporación, para extraerlos por medio de la deshidratación.
Se considera que un vaporizador es una opción más saludable para todas las personas que quieren beneficiarse de las numerosas propiedades de la planta con total seguridad, sin los contaminantes que desprende su combustión al fumarla.
El vaporizador también elimina el delatador olor de la marihuana que se quema y permite consumir la hierba directamente o de concentrados como aceites y ceras.
Entre los jóvenes estadunidenses el “vapeo” de marihuana es ya más común que el fumarlo, según un informe emitido a finales del año pasado por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas.
Y de hecho, se cree que esta forma de consumo sea una de las razones por las cuales el uso de marihuana entre los jóvenes estadunidenses está registrando los niveles más altos de las últimas tres décadas, de acuerdo con el reciente estudio “Monitoreando el Futuro” de la Universidad de Michigan.
La aceptación social de la marihuana, al considerársele menos riesgosa y su fácil disponibilidad, legal en algunas partes, e ilegal en otras, son los principales factores que propician el aumento de usuarios, combinado con una cannabis más potente y una amplia variedad de formas de consumirla.
En los últimos 30 años, la marihuana se ha mejorado y diversificado, para satisfacer los gustos y necesidades de una amplia variedad de consumidores.
Muchos de ellos aún esperan que el proceso de legalización los alcance en el lugar donde residen, para poder tener acceso a la variedad de productos de cannabis en el mercado de manera normal y responsable.
