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Más de 12 millones de personas pueden salir de casa en Shanghái al remitir el riesgo de COVID-19

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SHANGHÁI, 29 abr (Reuters) – Nada menos que 12,38 millones de habitantes de Shanghái, casi la mitad de la población del centro financiero de China, se encuentran ahora en zonas de menor riesgo, lo que significa que pueden salir de sus casas, informó el viernes el Gobierno.

Shanghái, que lucha contra el mayor brote de COVID-19 de la historia de China, puso a toda la ciudad en cuarentena a principios de mes, aunque ha levantado cautelosamente algunas restricciones en las zonas residenciales que han pasado dos semanas sin un caso positivo.

La ciudad clasifica cada vivienda según tres niveles de riesgo y designa como “zonas de prevención” aquellas que no han visto un caso positivo de COVID-19 durante 14 días, permitiendo a los residentes salir a realizar actividades “apropiadas”.

Hasta el jueves, el número de personas que viven en las “zonas selladas y controladas” de alto riesgo, sujetas a las medidas de confinamiento más estrictas, era de 5,27 millones, lo que supone un descenso de 6,6 millones desde el último reajuste del 20 de abril.

“El número de personas en las zonas selladas y controladas ha descendido claramente”, declaró Zhao Dandan, subdirector de la comisión de salud de Shanghái, en una rueda de prensa.

Otros 5,93 millones de residentes de riesgo medio pueden, en principio, salir de sus apartamentos, pero siguen confinados en los recintos.

El Gobierno dijo que 52 personas murieron de COVID-19 el 28 de abril, frente a las 47 del día anterior. Su edad media era de 84 años.

La ciudad informó de 9.545 nuevos casos asintomáticos el jueves, frente a los 9.330 del día anterior, y los casos sintomáticos también aumentaron a 5.487, frente a los 1.292 del día anterior.

El coronavirus apareció por primera vez en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019 y durante los dos años siguientes las autoridades lograron mantener los brotes en gran medida bajo control con confinamientos y prohibiciones de viaje.

Pero este año la variante ómicron, de rápida propagación, ha puesto a prueba la estrategia china de “cero contagios”.