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¿Merece Cindy conservar la corona?

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El caso no es nuevo, no es el primero y parece que no será el último Lamentablemente la exposición inadecuada ante un medio de grabación electrónico de una adolescente hoy le perjudica para continuar siendo una digna representante de la Marina. Se entiende que dicha institución que requiere para la imagen institucional la pulcritud en todos los elementos que la conforman e integran, como es el caso de la representante femenina que les acompaña en su importante festividad internacional.

Lo que se ha dicho y trascendido es que el robo del celular o un pleito con novio o pretendiente – como se comenta en otros círculos cercanos -, sin conceder veracidad o falsedad a esas versiones, fue la causa de tan burda y agresiva exposición que viola los derechos de intimidad y protección que como una menor debe gozar.

Se dice que han una investigación de la policía cibernética que cuenta con los elementos necesarios en tecnología para rastrear el origen de la publicación y llegar hasta los responsables. Es claro que no se trata de especialistas, sino de ociosos que por la falta de valores emprendieron una aventura que los expone a enfrentar cargos con consecuencias judiciales.

El problema mayor lo tiene la institución castrense. En un procedimiento natural han anunciado el retiro de la corona de representación a la hoy víctima de violencia y agresión sexual. Se entiende la posición de la Marina. Pero también el mensaje de consumarse el retiro de corona es darle una victoria a quienes es claro pretenden enlodar la integridad física y social de la hoy víctima de este hecho condenable.

El pasado lunes, en la mesa panel sobre feminicidio, violencia y suicidio en la CTM, de la cual Mi Punto de Vista ha dado parte integra de las participaciones de especialistas que enriquecieron la reflexión sobre esos temas de importancia para la sociedad yucateca. El sociólogo Víctor Chan afirmó que los actos violentos no pueden ser ajenos a la sociedad. Un pleito de un vecino que es constante al final sus gritos llegan a incomodar al vecindario y se torna con ello un clima que propicia la violencia.

Por tal motivo la sociedad no puede solapar que aumentan los hechos de violencia. La condena debe ser unánime en contra han atentado contra la integridad de una menor de edad al exhibir públicamente su imagen desnuda, considerando dentro de esto a los mismos agresores, a quienes han hecho eco y compartido la información recibida por las redes a los demás amigos y hasta los medios de comunicación que han publicado las imágenes, faltando con ello una ética periodística, el respeto a la ley de protección a menores de edad y la coparticipación en la formación de una sociedad libre de violencia.

No podemos ser ajenos a lo ahora ha pasado en Progreso y es el reflejo del mal uso de la tecnología, la falta de conciencia individual sobre las decisiones, acciones y consecuencias por decisiones y hechos personales, y aunado a todo esto, de una sociedad que no sabe medir hasta donde llegar para no dañar la integridad física, emocional y social de quienes la integramos.

Es claro de debe haber castigo judicial para los responsables y una condena social para todos quienes han contribuido directa e indirectamente en la difusión de las imágenes.

Para la Marina es un problema. Como afirme la sociedad no considera adecuada el retiro de la corona, aún y a pesar de este incidente. Pero ellos tienen al final la palabra. Si conserva o no la corona difícilmente le cambie la situación penosa que hoy vive. Sin embargo, es importante que el hecho no pase desapercibido a la sociedad, ni a las adolescentes susceptibles de caer en la tentación de un mal uso de las tecnologías de información.