La Organización Internacional para las Migraciones observan con creciente preocupación la terrible situación humanitaria que enfrentan unos 3000 migrantes en Bosnia.
El 23 de diciembre, las autoridades locales decidieron cerrar un campamento de tiendas de campaña de emergencia en la localidad de Lipa; un cierre que se gestionó con el apoyo de la agencia de la ONU.
Los 1400 hombres que vivían en el campamento se unieron a unos 1500 migrantes más, incluidos mujeres y niños que dormían a la intemperie en el cantón de Una Sana, en la frontera de Bosnia con Croacia, cuando las temperaturas nocturnas descendieron muy por debajo de cero.
La Organización Internacional para las Migraciones asegura tener capacidad y financiación para poderse hacer cargo de esos migrantes, pero la falta de consenso entre el gobierno central y los gobiernos locales llevaron al cierre del campamento sin que se haya encontrado aún una solución.
Bosnia-Herzegovina había acogido a 70.000 migrantes desde principios de 2018
Boletín de prensa de la ONU
