La consigna de Porfirio Muñoz Ledo es acabar con Marcelo Ebrard para que no sea candidato presidencial del Morena en el 2024. De forma sorprendente ha declarado públicamente que las intenciones de Ebrard son las de ser Presidente de México, con lo cual no está de acuerdo.
De hecho, ha amenazado a Mario Delgado, al que asocia con Ebrard, de influir en el poder judicial para que dictaminara la encuesta abierta como método para elegir al nuevo presidente nacional del Morena.
Para Porfirio, Delgado y Ebrard están operando para hacerse del partido y operar a su favor para obtener la candidatura presidencial en el 2024.
A ambos los ha amenazado con expulsarlos
Llama la atención, que Porfirio se lance con todo contra Ebrard, toda vez que está convertido en el brazo derecho del presidente AMLO. ¿Cuál es el propósito de Porfirio?.
Morena está muy por debajo de las expectativas de la población. De hecho, es un partido que no muestra pasta de serlo. Ha quedado a deber al propio presidente AMLO, quien en algún momento mostró deseos de abandonarlo.
Morena está muy lejos de tener la popularidad del presidente. Ronda en preferencias un débil 15%, muy por debajo de los partidos tradicionales. Solo el PRI le disputa en debilidad en cuanto a preferencias.
Actualmente está inmerso en un proceso interno en el que hay cerca de 40 aspirantes a relevar a Alfonso Ramírez Cuellar.
Morena ha tenido que soportar la vergüenza de ver cómo su ex dirigente Yeidkol Polevnsky encara sendas denuncias por presuntos desvíos por más de 200 millones de pesos, en franco contra sentido a la prédica de AMLO, de combatir la corrupción.
Porfirio no parece seguir la línea del presidente AMLO, que ve en Marcelo Ebrard a un gran aliado y a un operador político internacional eficiente. A Ebrard, le ha encomendado las medicinas, la reunión con Trump para la firma del Tratado de Libre Comercio, entre otras importantes tareas.
La consigna de Porfirio manda un mensaje negativo a los militantes de Morena en todo el país, pues se fomenta el canibalismo interno, la venganza interna y la consigna como evidencia de que el partido oficial es más radical que nadie.
Cual sea el resultado, el próximo líder de Morena saldrá muy lastimado, desgastado y débil, para enfrentar las elecciones del 2021, que serán en aproximadamente 9 meses.
Esta forma tan violenta de elegir al nuevo líder nacional de Morena, amenaza con expandirse a los momentos en los que se deba elegir.
