Compra de votos, acarreos, chantajes, amenazas de quitarles el trabajo en alguna dependencia federal o quitarles el apoyo de los programas oficiales de Sedesol, CDI, etc, hasta el burdo e indecente pago por el voto familiar, son algunos de los graves actos de corrupción que se suscitaron, sin que la dirigencia nacional hiciera nada para evitarlo; menos para castigarlo.
Señora Josefina, no pierda usted la panorámica; callando no avanza, callando no da testimonio de vida, callando avala usted la estrategia antidemócrata de una dirigencia corrupta, callando no gana usted puntos, callando no motiva a la militancia, callando no “mueve sus almas”, callando no emula a Gómez Morín, callando legitima la indecencia, la “marranería”, la porquería electoral interna que se está llevando entre las patas el prestigio que usted posee.
Callar es válido cuando la circunstancia lo amerita, pero hoy, hoy es distinto, pues la realidad demanda de usted fijar una postura digna de desmarque ante la dirigencia y de condena por su actuación corrupta; y tanto más, urge de usted se solidarice con la militancia panista, la única que hace ganar elecciones.
El estilo del “aiga como aiga sido” no es para usted. La estrategia de “cerrar los ojos, la boca y los oídos” no es propia para una dama que tiene fama de escuchar y de ser cortés. “Ni los oigo ni los veo” no es una frase digna de Josefina Vázques Mota.
El PAN presume de ser demócrata y en la práctica no lo es. Usted lo sabe, porque lo sufrió durante la contienda interna contra Ernesto Cordero. ¿Callando pues, se siente usted fortalecida?. ¿En serio cree que tolerando éstas situaciones corruptas partidistas saldrá usted avante?.
No se quede usted en la apariencia, demuestre su dignidad, su arrojo, su valentía, su altura de miras, su convicción democrática, demuestre con hechos que vale la pena confiar en una mujer para ser la jefe de Estado de una nación que ha caído abruptamente en las garras de la corrupción, la inoperancia, la inseguridad, la ineficiencia, la incompetitividad, la inercia, la venganza, el totalitarismo y la violación a los derechos humanos.
El camino para gobernar a México no es callar, y usted está callando. Señora Josefina, por el bien suyo, pero más por el bien de México, ya deje la comodidad del silencio, abandone el miedo que la tiene sometida al yugo cupular del PAN y condene, condene los “cochineros” de la elección interna, condene las candidaturas de hombres y mujeres panistas que responden a los intereses presidenciales más que a los intereses del panismo y del país, condene la complicidad de aquellos que le echan porras a la corrupción panista, condene el atraso social, condene el aumento de la pobreza en México, condene el endeudamiento de todos los niveles de gobierno, condene la falta de crecimiento nacional, condene la falta de empleo, condene la doble moral de la clase política que tiene sometida al país con discursos fantasiosos y demagogos.
Señora Josefina, sepa usted que los mexicanos aceptamos la posibilidad de tener una presidenta de la república, pero no la deseamos sometida a nada, ni a nadie. En caso contrario, preferimos otra alternativa antes que ser testigos de que su candidatura solo es el rostro nuevo de una apuesta panista ya conocida, repudiada y condenada al fracaso electoral.
Suerte, señora Josefina.
Atentamente
Un ciudadano convencido del cambio verdadero.