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Países ricos han almacenado 1.000 millones de vacunas coronavirus más de las que necesitan: reporte

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Viales de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus son exhibidos durante una vacunación masiva en Ronda, España. 11 de febrero, 2021. REUTERS/Jon Nazca

LONDRES, 19 feb (Reuters) – Los países ricos se encaminan a tener 1.000 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 más de las que necesitan, dejando a las naciones más pobres con los suministros sobrantes mientras el mundo trata de frenar la pandemia de coronavirus, según un informe elaborado por activistas contra la pobreza.

En un análisis de los acuerdos actuales de suministro de vacunas contra el COVID-19, la Campaña ONE afirmó en el reporte publicado el viernes que los países ricos, como Estados Unidos y Gran Bretaña, deberían compartir las dosis sobrantes para “sobrealimentar” una respuesta mundial completa a la pandemia.

El grupo, que hace campaña contra la pobreza y las enfermedades evitables, dijo que no hacerlo negaría a miles de millones de personas la protección esencial contra el virus causante del COVID-19 y probablemente prolongaría la pandemia.

El informe examinó específicamente los contratos con los cinco principales fabricantes de vacunas contra el COVID-19: Pfizer-BioNTech, Moderna, Oxford-AstraZeneca, Johnson&Johnson y Novavax.

Revela que, hasta la fecha, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Australia, Canadá y Japón han conseguido más de 3.000 millones de vacunas, una cifra que supera en 1.000 millones de dosis las 2.060 millones necesarias para administrar dos dosis a toda su población.

“Este enorme exceso es la encarnación del nacionalismo de las vacunas”, acusó Jenny Ottenhoff, directora principal de políticas de la Campaña ONE. “Los países ricos apostaron por las vacunas al principio de la pandemia, pero ahora se debe corregir el rumbo si queremos proteger a miles de millones de personas en todo el mundo”.

El análisis reveló que, junto con otros suministros de vacunas adquiridos por el plan mundial COVAX y en acuerdos bilaterales, una redistribución del exceso de dosis en poder de los países ricos contribuiría en gran medida a proteger a las personas vulnerables de las naciones más pobres.

Esto reduciría significativamente el riesgo de muertes por COVID-19, señaló el escrito, además de limitar las posibilidades de que surjan nuevas variantes del virus y acelerar el fin de la pandemia.