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Parte de Pekín vuelve al trabajo y Shanghái se acerca al fin del confinamiento por COVID-19

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Por Ryan Woo y Winni Zhou

PEKÍN/SHANGHÁI (Reuters) – Las calles de Pekín estaban más concurridas el lunes, ya que se permitió a los residentes de dos distritos volver al trabajo, mientras que Shanghái se acercaba a levantar su confinamiento por COVID-19, de dos meses de duración, a partir del miércoles, al disminuir el número de infecciones en toda China.

China es el único de los grandes países que aplica una política inflexible de “cero contagios” con el objetivo de erradicar los brotes a cualquier precio, mientras que la mayor parte del mundo intenta coexistir con el coronavirus.

China registra cientos de nuevos casos diarios, en comparación con muchos países occidentales que registran decenas de miles de nuevos casos de COVID-19 cada día.

Las duras medidas de contención del COVID-19, y especialmente el estricto confinamiento de la ciudad más poblada de China, han golpeado a la segunda economía del mundo, interrumpiendo las cadenas de suministro globales y el comercio internacional.

Pero es posible que pronto haya un respiro.

En la capital, Pekín, los distritos de Fangshan y Shunyi pusieron fin a las normas de teletrabajo, mientras que el transporte público se reanudó en gran medida en los dos distritos, así como en Chaoyang, el más grande de la ciudad.

El domingo se permitió la reapertura de bibliotecas, museos, teatros y gimnasios, aunque con límites de afluencia de público, en los distritos en los que no se han registrado casos comunitarios de COVID-19 durante siete días consecutivos. Aun así, está prohibido comer en restaurantes en toda la ciudad.

Shanghái, el centro comercial de China, con 25 millones de habitantes, tiene previsto levantar por fin un doloroso confinamiento de dos meses a partir del miércoles, pero todavía hay mucha confusión sobre cómo será su desescalada.

A las empresas se les ha dicho que pueden reanudar sus actividades, pero a la mayoría de los residentes no se les ha dicho cuándo pueden salir de sus complejos residenciales, gran parte del transporte público sigue suspendido y no se permite la circulación de vehículos privados en las carreteras sin autorización previa.

Un banquero de una entidad crediticia extranjera en Shanghái dijo que sus departamentos de recursos humanos y logística habían comunicado al personal que la dirección aún no estaba segura de si la gente podía volver al trabajo el miércoles.

“No hay nada claro y el banco tampoco tiene ni idea”, dijo el banquero, declinando dar su nombre.

El domingo, las autoridades de Shanghái dijeron que eliminarán las condiciones “poco razonables” para que las empresas vuelvan a trabajar a partir del miércoles y anunciaron 50 medidas políticas para apoyar la economía.

Las medidas incluyen la aceleración de la emisión y el uso de bonos del gobierno local, pidiendo a los bancos que renueven los préstamos para las pequeñas y medianas empresas y acelerando la aprobación de proyectos inmobiliarios. La ciudad también reducirá algunos impuestos sobre la compra de vehículos para estimular el consumo de automóviles.

No hubo detalles concretos sobre qué restricciones a las empresas se eliminarían.

“Sólo hablaremos de reanudar el trabajo cuando se nos permita entrar y salir libremente de nuestros complejos de viviendas”, comentó un usuario de redes sociales en un artículo de un medio local sobre las últimas medidas de Shanghái.