Inicio Noticias Nacionales Poesía y música novohispana se conjugan en torno a Sor Juana

Poesía y música novohispana se conjugan en torno a Sor Juana

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Por Aura Fuentes

México, 5 Jul (Notimex).- Uno de los poemas más conocidos de Sor Juana Inés de la Cruz, Hombres necios, cobró vida en voz de los coros Virreinal Rita Guerrero y Délicieux, bajo la dirección de Aquiles Morales, en una de las presentaciones previas al Festival de Almagro, en España, al cual acudirán el 13 de julio.

El Auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro de Sor Juana, al que asistieron cerca de 200 personas, recibió a los jóvenes de entre 20 y 30 años, vestidos de negro con pañoleta colorida que colocaron en su cuello, cintura u hombros.

Morales aprovechó el escenario para que sus alumnos de la Escuela Superior de Música tuvieran una presentación frente al público, y abrieran el concierto interpretando tres minuetos del periodo renacentista.

Interpretaron piezas de los compositores Clément Janequin (Bélgica) y Josquin Des Prés (Francia) e iniciaron con la interpretación de A l’ombre d’un buissonet (A la sombra de un arbusto). Tras la pieza de Josquin, continuaron con Pourquoy tournez vous yeux, de Clément y cerraron con Petite Camusette de Josquin.

Enseguida, las luces se apagaron y solo alumbró a una de las integrantes de los coros profesionales, quien leyó el fragmento de uno de los poemas de la Décima Musa, lo cual se repitió en alrededor de 10 ocasiones, con diferentes cantantes, previo a la mayoría de las interpretaciones corales.

Fuego que me abrasa, título que dio nombre a esa presentación, fue la primera melodía con la que iniciaron, seguida de Venid mortales, venid a la audiencia (Juan de Araujo), donde destacó la interpretación del tenor Sebastián Negrete.

Siguieron con Dios Itlazo Nantzine, de Hernando Franco; Salve Regina, de Antonio de Salazar; y Madre la de los primeros, la cual es atribuida a Sor Juana, nacida en 1648 y quien falleció en 1695 al contagiarse de la epidemia de cólera que azotó a México, ya que atendía a sus enfermas compañeras del Convento de San Jerónimo.

Dios y José apuestan, de Antonio Durán de Mota, fue interpretada por las sopranos Samara Fernández y Cecilia Sordo; mientras que el concierto fue musicalizado por el pianista Diego Lizaola, Araceli Robles en el contrabajo, Rubén Delgado en el clavecín, Alejandro Montejo y Alejandro Martínez, en las percusiones.

La velada continúo con Tarará, qui yo soy Antón (Antonio de Salazar), Veni sponsa Cristi (Palestrina), ¿Quién es amor? (Anónimo novohispano), Hombres necios (Juan Andrés Vergara), Vengan pues hoy a la mesa (Manuel Mesa), Pues el alba aparece (Antonio de Salazar) y concluyó con A este edificio célebre (Andrés Flores).