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¿Por qué es importante lavar la cisterna?

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Los tinacos y cisternas son los contenedores que se utilizan para almacenar grandes cantidades de agua en casa. La principal diferencia entre ellos —además del tamaño— radica en su ubicación. Mientras los tinacos se encuentran en el techo de la casa, las cisternas se colocan bajo tierra.

La Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) y la Secretaría de Salud recomiendan lavar los tinacos y cisternas cada seis meses, ya que en ese tiempo pueden acumular suciedad. Es recomendable que cuando se haga, se realice un mantenimiento completo de las tuberías de la casa, así como asegurarse que no existan fugas de agua. De igual forma, se recomienda contratar un servicio de plomería experto para realizar estas acciones.

Si no se conoce cuándo fue la última vez que se lavó la cisterna, lo mejor es hacerlo lo antes posible y a partir de esa fecha empezar a hacerlo cada seis meses.

También existen indicadores en el agua que se deben tomar en cuenta, como son los malos olores, sabores desagradables —salada o como si tuviera especias— o incluso presencia de residuos sólidos u organismos visibles. Cualquiera de estas características representa un posible estancamiento del agua y suciedad de la cisterna.

Importancia del lavado de cisternas

La principal razón por la que se deben lavar las cisternas es por higiene. Su ubicación debajo de la tierra es lo que hace que las cisternas sean tan vulnerables a la suciedad. El agua estancada es propensa en sí a generar algas, hongos, y otros microrganismos como virus y bacterias que pueden generar enfermedades. Al estar bajo tierra, la cisterna también puede acumular heces de animales o incluso los mismos animales que pudieran quedar atascados.

Las consecuencias de no lavar la cisterna pueden ser fatales. Finalmente es el agua de la casa que se utiliza, por lo que se podría reflejar en enfermedades gastrointestinales o de la piel. Aunque la diarrea es la más común, también se podría contraer cólera o E. coli por estar en contacto agua contaminada.

Proceso del lavado de cisternas

El proceso en sí es sencillo, aunque puede tomar varias horas. Es recomendable agendar estas visitas de forma que se hagan cada seis meses como es recomendado.

  1. Lo primero es vaciar la cisterna por lo que se debe cerrar la llave de paso de agua hacia la cisterna unos días antes de la programación del lavado para que esa agua se vaya usando y no se desperdicie.
  2. Posteriormente se comienza con la limpieza de las paredes, piso y techo de la cisterna. para ello se utilizan cepillos, trapeadores y jaladores. Se recomienda usar equipo de protección como botas, guantes y ropa. Se talla toda la superficie de forma que no quede ningún residuo de algas u otros organismos visibles. Se puede utilizar algún químico, aunque se recomienda jabón neutro.
  3. Se revisan las tuberías de entrada y salida de forma que no se encuentren obstrucciones. De ser así, se remueven para asegurarse de no estancar el agua y corra perfectamente. De igual forma se tapan fugas si existiesen
  4. Se agrega desinfectante y se enjuaga hasta que no queden residuos del desinfectante o de ninguna otra sustancia. Al terminar se vuelve a llenar. Se puede agregar una botella plástica con agujeros e hipoclorito de calcio en trozos para una limpieza más profunda.

Aunque parece un proceso sencillo con pocos pasos, es importante siempre contratar un servicio de plomería experto que lo lleve a cabo. La salud propia y de la familia depende de hacer el mantenimiento de todo el sistema hídrico de la casa correctamente, y de esta forma se puede asegurar que se cuenta siempre con agua potable limpia para beber y consumir.