En días pasados el periodista Rafael Mis Cobá presentó su libro, “Falsas Profecías 2012”, en donde explica que en las últimas dos décadas surgieron varios autores que comenzaron a divulgar que en diciembre de este 2012 se suscitarían varios eventos catastróficos profetizados por los Mayas. A medida que se acerca esa fecha, se han multiplicado las versiones en infinidad de medios de que el fin del mundo será ocasionado por tormentas solares, un alineamiento galáctico, la erupción masiva de volcanes, la colisión de un planeta oculto, el regreso de kukulkán y hasta por la visita de extraterrestres.
Indica que para demostrar la falsedad de esas aseveraciones, en su obra presenta información científica aportada por expertos como el astrónomo Arcadio Poveda y el físico Jaime Urrutia, así como por varios investigadores y arqueólogos yucatecos, sacerdotes Mayas y dirigentes religiosos.
Rafael Mis, advirtie que lo que sí es cierto, y así se demuestra en el libro, es que la destrucción del planeta puede suceder en cualquier momento y no precisamente por efectos astronómicos o intervención divina, sino por la acción irresponsable del hombre que ha puesto en riesgo el equilibrio de la naturaleza.
Menciona que hasta enero de 2010, nueve países acumulaban 22 mil armas nucleares con capacidad para acabar con toda la humanidad, según registro de los organismos que dan seguimiento al arsenal que poseen las naciones.
Reitera que queda claro entonces, que la inconsciencia del hombre representa la principal amenaza de la extinción anticipada de la civilización humana, en la que nada tiene que ver el antiguo y extraordinario pueblo Maya.
–Ningún terrícola sobre la faz de nuestro planeta tiene actualmente la capacidad, el don o el conocimiento suficiente para predecir el futuro y menos la fecha del fin del mundo, asevera.
Sin embargo –observa–, a lo largo de la historia de la humanidad han surgido charlatanes, personas que se creen iluminadas, catastrofistas, pseudocientíficos y hasta quienes solo con el afán de comerciar, han asegurado diversas fechas en que el mundo se acabaría sea por desastres naturales, por la venida de alguna entidad divina y hasta por invasión de alienígenas.
En los 18 capítulos de las 264 páginas de “Falsas Profecías 2012”, el autor detalla que mediante sus registros para medir el tiempo, los Mayas, como otras muchas civilizaciones, establecieron la fecha del inicio de su era o fecha cero para a partir de allí, contabilizar el transcurrir de su vida y dejar patente los acontecimientos de trascendencia, como es el caso de las inscripciones en las estelas que casi siempre se referían a la asunción del poder de un nuevo soberano o a temas bélicos en los que resultaban victoriosos.
De esa manera, los Mayas fijaron el inicio de su era o de creación del mundo, el año 13.0.0.0.0 4 ahau 8 k’umkú que según la interpretación hecha por los investigadores corresponde al 13 de agosto del 3114 a.C. Los arqueólogos consideran que el cierre de ese ciclo o cuenta larga de 5200 años concluirá en este 2012.
Mis Cobá explica que son varias las inscripciones descubiertas que hacen referencia al inicio de la creación del mundo, pero en ninguna se menciona que después de cerrado ese período se acabaría el mundo, y quienes lo han utilizado de esa manera son solo charlatanes y muchos de ellos desconocedores de la cultura Maya.
Añade que el planeta tierra sí se destruirá y con él todos los seres que lo habitan, eso es algo cierto y completamente seguro cuando el sol llegue a su ciclo de vida como consecuencia de las leyes que gobiernan el universo, pero para llegar a esa fecha faltan unos cinco mil millones de años de acuerdo con las investigaciones de los científicos.
–En este libro pretendo aportar el mayor número de elementos posibles sobre el tema del 2012 y las falsas profecías del apocalipsis atribuidas falsamente a los Mayas, para lo cual realicé entrevistas a dirigentes religiosos, arqueólogos, astrofísicos, psicólogos, herederos de la sabiduría Maya e investigadores serios, además de la documentación histórica y científica recabada de diversas obras de expertos sobre el tema.
Finalmente agrega: Irremediablemente el planeta se destruirá algún día cuando el ciclo de vida de nuestro sistema solar se cierre, pero mientras tanto, todos deberíamos aprovechar cada fracción del tiempo para cuidarlo y buscar a la vez, vivir en armonía, sin egoísmos y en paz, anteponiendo la espiritualidad por encima de lo material para que otras civilizaciones nos recuerden como seres inteligentes y no irracionales que no supieron valorar y aprovechar lo maravilloso que nos brindó nuestro hogar, nuestra madre tierra.
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