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¿Qué es un reporte de lectura?… la necesidad de una lectura emancipadora

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No hace mucho, el Director de Materiales Didácticos de la Secretaría de Educación Pública federal de México, Max Arriaga, en una entrevista con respecto al aniversario de la escuelas normales en México, expresó unas ideas con respecto a la utilidad de la lectura, que no debería ser para fomentar y consolidar fines capitalistas o “fifis” en el lenguaje y narrativa discursiva de la #4T, sino que debe ser emancipadora. Una declaración que encendió la alarma de la ideologización en los materiales de estudio que es responsabilidad el mencionado funcionario público.

Lo que es muy cierto y una realidad que debe evaluarse en nuestro país, es el bajo nivel de lectura y con ello, la pobreza de comprensión de lectura que caracteriza el mexicano en promedio. De acuerdo con estimaciones los hombres en promedio anual leen 3.1 libros, mientras que las mujeres aumentan la frecuencia a 3.9. Con estos datos, aunado al promedio de 5.5 horas semanales ubican a nuestro país en un no honroso lugar 24 a nivel mundial.

Una sociedad que no fomenta la lectura y con ello el análisis de la realidad a partir del estudio de lo escrito no desarrolla una capacidad crítica del entendimiento que le ayude a entender lo que sucede en la sociedad. Es al final, un estancamiento del conocimiento similar a lo que el mundo vivió en la llamada edad oscura o Edad Media, que como característica no se distinguió por fomentar la lectura, sino que la limitó a los círculos monásticos cerrados.

¿Qué debería hacer el sistema educativo nacional?

Es muy claro el reto que tenemos los educadores. Es imprescindible volcarnos a desarrollar estrategias de lectura que vayan más allá de los materiales de moda que como tal son muy populares en la juventud reciente. Es necesario ampliar el horizonte de materiales, sobre todo en aquellos que sean más críticos sobre lo que hoy estamos viviendo. Con ello, consolidar la inquietud intelectual de los alumnos para cuestionar la realidad social y a partir de ahí, generar las condiciones de propuesta para el mejoramiento social.

Aunque muchos maestros estamos acostumbrados a cumplir con un reporte de lectura en nuestra actividad académica cotidiana coincido con Max Arriaga en que el análisis textual no debe desprenderse del contexto social y la realidad del lector o de la comunidad. Es decir, no hacer lecturas huecas sin sentido social. Que, aunque es importante leer por placer, no sea el placer mismo el objetivo final de la lectura.

Lamentablemente la gran mayoría de docentes han olvidado la importancia de esta importante actividad intelectual y reflexiva, por lo cual, control de lectura es deficiente y más ocasiones nulo si consideramos esa necesidad emancipadora que el análisis y pensamiento crítico impulsa al cuestionar las ideas escritas con el contexto y la realidad.

Una tarea que no excluye a ningún área del conocimiento como tampoco es exclusiva para las clases de sociales o español. Por ejemplo, para las matemáticas si no hay buena comprensión lectora las posibilidades de entender el contenido y el requerimiento de un problema, las posibilidades de analizarlo y encontrar la solución disminuyen proporcionalmente.

Por lo cual, todos los actores de la acción educativa en el sistema educativo nacional, debemos asumir el compromiso de mejorar la capacidad lectura y comprensión de textos de nuestros alumnos.