Fue
en ese mismo año que el entonces presidente de la República, Manuel Ávila
Camacho, depositó en ellos su confianza para apoyar a Estados Unidos en su lucha
por la libertad y el valor patrio.
“El
Escuadrón 201 a cargo de Radamés Gaxiola Andrade, recibió adiestramiento para el
uso de aviones tipo “Thunderbolt P-47”, hasta que el 7 de junio de 1945 operaron de
forma independiente en apoyo a un ataque de fuego en la costa sureste de Luzón,
Filipinas”, dijo Franco Martínez.
Y
agregó, “fue el 28 de junio de ese año
cuando se tuvo el combate más intenso y el “Escuadrón” realizó 24 vuelos de
bombardeo y ametrallamiento donde arrojaron 23 toneladas de explosivos
contra el enemigo, resultando un éxito la misión”.
El
14 de agosto de 1945 ganaron oficialmente las fuerzas aliadas y se ordenó de
inmediato la suspensión de las misiones, regresando el contingente al Distrito
Federal el 18 de noviembre del mismo año.
En
la defensa de los intereses de la nación sucumbieron cinco pilotos aviadores por
quienes en su memoria, los militares de la Base Aérea No. 8 realizaron un toque
de silencio, lanzaron una salva y llevaron a cabo un desfile de
honor.
En
la ceremonia estuvieron presentes los alumnos de la escuela primaria federal
“Ejercito Nacional” y los de la secundaria técnica No. 66, así como el General
de Brigada de la XXXII Zona Militar Raymundo Balboa Aguirre; el comandante de la
X Región Militar, Raúl López Castañeda; el subsecretario de Seguridad Pública,
Bernardo Vázquez Ramírez, entre otros.
