Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll ¡Salvase quien pueda! … estamos solos ante la pandemia

¡Salvase quien pueda! … estamos solos ante la pandemia

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La principal preocupación de todos los países ante la amenaza del Covid-19 fue la rapidez de la propagación que colapsaría a los sistemas de salud, sean públicos o privados. Eso ya sucedió en España, Italia y los Estados Unidos. En México desde antes del registro del primer caso se estableció que el objetivo de la estrategia gubernamental era aplanar la curva de contagio, que no significa disminuir el porcentaje que se estima en alrededor del 70 por ciento de la población total, sino que se pretende extender en el tiempo la propagación para que no sea abrupta la necesidad de atender a los posibles casos graves por el contagio del Covid-19.
Desde la trinchera de las mañaneras, primero como juego político, el presidente Andrés Manuel López Obrador desdeño la importancia de la situación y recomendó abrazos y que la gente siguiera saliendo para no colapsar la economía. A pesar de los primeros registros de contagiados, sin importar el periodo de 14 días de incubación asintomática, el presidente continuo con sus giras e inclusive fue duramente criticado por abrazar y besar a una niña. Inclusive se llegó a burlar de la emergencia con el famoso “Detente”.
Ha insistido mucho en no pretender ayudar a la clase empresarial, aquella que culpa del fracaso del modelo neoliberal y ser parte del pasado corrupto que supuestamente la Cuarta Transformación viene a borrar de la historia política y económica de México.
Tanto ha sido su desatención que la declaración de emergencia estuvo a cargo del subdirector de prevención, el Dr. Hugo López-Catell. Lleno su discurso del llamado “quinto informe de actividades” en una secuencia merolítica de sus logros y como México se encuentra ya preparado para esta, insistió, situación temporal y que la reactivación económica iba a ser ejemplo para todo el mundo. Hablo de la fortaleza del mexicano, pero no de acciones directas y contundentes para apoyar los imprevistos que esta situación de emergencia ha provocado.
El día de ayer se dieron diversos acontecimientos que nos deben preocupar a todos los mexicanos. Desde días atrás se informó que México había adquirido 2,711 ventiladores para atender la pandemia, pero por la misma información oficial se da conocer ahora solo hay 11 de ese paquete y los demás llegarán hasta septiembre, cuando según las proyecciones del pico, que justificará la Fase 3 que implica los contagios masivos, ya habrá pasado. En el último fin de semana se dio a conocer de una petición del gobierno mexicano a nuestro vecino del norte para la adquisición de ventiladores y se sigue esperando, al momento de escribir estas líneas, la respuesta efectiva del presidente Donald Trump. Estados Unidos, después del desastre en España e Italia se ha convertido en el nuevo epicentro con más contagiados que lo que tuvo China que ya está supuestamente de salida. ¿Cederá Estados Unidos equipos para ayudarnos a los mexicanos? Y si lo hace ¿a qué precio a cambio? Quien considere que sería desinteresado una ayuda en el contexto de lo que está sufriendo los norteamericanos, es un completo iluso y en definitiva desconoce los entretelones de la relación de México con nuestro vecino del norte.
El domingo, el comediante Eugenio Derbez, en un vídeo en las redes sociales hizo eco de una carta de doctores de Baja California que denunciaban falta de suministros médicos para hacer frente a la pandemia sin poner en peligro la propia integridad física. Como consecuencia, se le fueron encima los simpatizantes de la #4T para calificarlo como un fake news y salieron tanto el IMSS federal como otros supuestos doctores a desmentirlo. Lo que no se contaba es que el gobernador, una de las apuestas más importantes del actual régimen de gobierno, Jaime Bonilla, salió a afirmar que hay una necesidad tremenda, que los doctores “están cayendo como moscas” y le dio la razón en el fondo a lo comentado por Eugenio Derbez dejando estupefactos a los simpatizantes que antes ya habías satanizado al actor.
Ahora que las últimas horas del día lunes, otros de las figuras estatales de la #4T, el gobernador de Puebla Manuel Barbosa ha calificado como “leyenda urbana” los aviones cargados con insumos debido a que esa entidad no ha recibido nada, solamente “dos cajitas” con dos mil cubrebocas y otras de guantes.
A este sentir de dos gobernadores muy cercanos a la figura del presidente se unen las voces de otros gobernadores que ponen en duda la permanencia en el pacto fiscal por estar cansados del control sobre los recursos económicos que acapara la presidencia y no llegan a las entidades. Por lo cual, ya ven que no tiene sentido estar cobrando los impuestos, como lo exige los acuerdos de coordinación fiscal, para entregarlos a la presidencia y no tener un beneficio directo ante la demanda para cubrir las necesidades de atención a la emergencia médica. El más duro en la expresión ha sido Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco.
A esto hay que insistir en la negativa de la presidencia para impulsar de manera efectiva a los empresarios para garantizar la liquidez que conduzca a una reactivación económica del país. Por su parte, en su discurso político el presidente López Obrador arremete contra algunos empresarios por los beneficios que tuvieron en el pasado. Sin embargo, el caso de Salinas Pliego es digno de observar con detenimiento, por que en plena contingencia el dueño de Banco Elecktra y Televisión Azteca ganó una licitación de la SEP por varios millones de pesos, mientras por otro lado las empresas citadas figuran entre las más deudoras del fisco y que supuestamente con las que por alianzas perversas con el régimen corrupto pasado esa omisión impide que hoy en día se cuente con los recursos para estar preparados para enfrentar la pandemia.
No hay plan económico. Parafraseando al presidente “¿y qué quieren su nieve?” cuando se le cuestiona sobre la suspensión de sus obras como el Tren Maya o el aeropuerto de Santa Lucia o la refinería Dos Bocas.
Pero los empresarios son muy claros. No se pide condonación de impuestos, pero si deferir las responsabilidades fiscales para asegurar la liquidez que permita mantener las empresas. Hay grupos empresariales que ya han recurrido al amparo que por justicia y protección constitucional lo van a ganar, ya que está previsto, en casos de fuerza mayor como lo es la emergencia sanitaria ya declarada, se puede suspender el pago de los impuestos y contribuciones. Como consecuencia, la recaudación fiscal va a caer y con ello resultará afectada la inversión pública y los recursos para los programas sociales y posiblemente la atención médica y eventual reactivación económica.
Sin importar la incongruencia del discurso y reconociendo en el hecho que no estaba el sistema de salud preparado se anuncia con bombo e injundia un convenio de apoyo de hospitales privados para atender pacientes del IMSS, ISSSTE e INSABI. ¿Acaso solo ellos si son ahora buenos? ¿No que todo esta bien? ¿Qué todo marchaba bien y se contaban con los recursos suficientes para hacer frente a esta “situación temporal”?
Por otro lado, nos quieren obligar a estar en nuestros domicilios y la empresa de clase mundial, la CFE no ofrece ninguna alternativa para disminuir pago de electricidad ni hay planes para apoyar a la ciudadanía en otros servicios básicos como los son las comunicaciones, a pesar de que son igualmente actividades esenciales. Su director pide que seamos considerados y aportemos para así asegurar la electricidad en los hospitales.
¿Qué va a pasar con el país?
¿Cuál debe ser la acción del gobierno atendiendo a todas las necesidades tanto médicas, como políticas, económicas y sociales?
Lo peor de la pandemia no solamente es lo que pueda pasar a miles de mexicanos que ya sufren la enfermedad y algunos el dolor de una pérdida de un familiar. Parece que ya estamos solos, sin contar ni con el liderazgo político que nos una o por lo menos que aporte ideas y proyectos para que el país continúe su marcha mientras dura la pandemia, sino que después, no se perciben medidas que se tomarán cuando sea necesario entrar con un enfoque diferente y ajustado a los requerimientos de un cambio político, económico y social que va más allá de la realidad concreta de la Cuarta Transformación por obedecer a parámetros a nivel global.
Hoy hay mucha incertidumbre que ya genera tensiones. Personal médico que, en lugar de estar metidos en la atención, se rebelan y se manifiestan abiertamente para exigir insumos médicos. Gobernadores que contrarían los dichos y acciones de la presidencia, inclusive cercanos al presidente López Obrador.
Y esto, aún está empezando.