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Se busca: PRI y PAN

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No hay duda alguna que Andrés Manuel está viviendo su sueño, finalmente todos los reflectores le apuntan, pero ahora, como presidente de México, y, a decir verdad, hay que reconocerle su trabajo, pues todavía no ha tomado posesión como Presidente Constitucional y ya está haciendo algunas de las tantas labores que deberá desempeñar.

Pero su exceso de protagonismo ha hecho que algunos personajes y partidos políticos queden relegados. No hemos vuelto a escuchar ni de Meade, Anaya, El Bronco, y muy poco se ha mencionado a Peña Nieto.

Hoy sabemos que MORENA tiene lo que el PRI tuvo, y lo que el PAN siempre quiso tener: Presidencia, gubernaturas, mayoría en el Congreso. Todos estos elementos nos hacen vislumbrar el posible gran futuro que le espera a MORENA. Sin embargo, el futuro del PAN y del PRI son difusos.

La coalición Por México al frente logró poco o nada. El gran frente ciudadano creado para destruir las aspiraciones de Margarita, y darle batalla a AMLO, que movería las almas y reuniría lo mejor de México, eso sin mencionar que tendría el primer gobierno de coalición, no ganó el Congreso, ni la mayoría de las gubernaturas, pero sí logró fracturar al PAN y lo que quedaba del PRD.

Los caprichos de Anaya lograron fragmentar al PAN aún más, y lo peor es que no figura ningún líder que sea capaz de lograr la reconciliación del partido, pues algunos grupos que levantan la mano para dirigir a Acción Nacional piensan más en su futuro político que en el futuro del partido político.

Hay que decirlo contundentemente, Anaya representa el fracaso. Tuvo la gran oportunidad de marcar un antes y un después en Acción Nacional, ya sabes, como lo hicieron los bárbaros del norte en la década de los 80’s que añadieron más lucha, y coraje. Sin embargo, Ricardo se quedó corto, prefirió pensar en ganar, y no en hacer historia.

Pero no todo es malo, a pesar que Acción Nacional fue fuertemente azotado en las elecciones de este 2018, hoy, vuelve a tener la gran oportunidad de ser una oposición responsable, es en estos momentos cuando el partido debe recordar su pasado y todo lo que sufrió hasta el año 2000.

Ser oposición no es un terreno desconocido para el PAN, lo ha sido siempre, pero en los últimos años decidió olvidarlo y formar a ese monstruo de dos cabezas al que todos llaman PRIAN.

Si Acción Nacional quiere verse fuerte para las futuras elecciones debe distanciarse del PRI, apoyar a MORENA en sus buenas propuestas, y criticar áspera y rígidamente las propuestas que se presenten como confusas o poco beneficiosas para México, sin mencionar que deberán reaparecer los líderes que alguna vez incubó esta institución, pero obviamente, más jóvenes, más perseverantes y que sepan que ganar la elección no es el objetivo, sino el medio para conformar la patria ordenada y generosa que todos queremos.

La coalición Todos por México fue vapuleada en las pasadas elecciones, como lo diría Mickey Goldmill en Rocky V, “No saben ni que los arrolló”. El PRI tuvo el peor resultado en toda su historia como institución, superando sus derrotas en el 2000, y 2006.

Desde el principio supimos que Meade, como funcionario brillaba, pero como candidato se moría de hambre. Cuando inició la campaña, sabíamos quién podría ganar, y quién iba a perder, y Pepe siempre figuró en esta última predicción.

El PRI le apostó tanto a un candidato ciudadano, porque fue la moda que se despertó en el 2015, que olvidó que los priistas difícilmente apoyarían a un candidato que no tuviera la marca PRI corriendo en sus venas.

Desde antes de la elección ya lo veíamos venir, pero el primero de julio lo confirmamos, el PRI fue relegado a la tercera fuerza política, perdió todo y algunos dicen que podría desaparecer. Honestamente no creo desaparezca lo que sí puede suceder es que, si MORENA y el PAN quieren, podría quedarse como un mero espectador en todas las elecciones, como actualmente lo es en la CDMX donde no figura ni a trancazos.

Si empezamos a buscar culpables por la situación actual del PRI, los ojos no deberían mirar tanto a Meade pues él fue sencillamente un chivo expiatorio, todas las miradas deberían recaer en Peña, y todos sus cuates que están encarcelados, siendo procesados, prófugos, acusados, y sí, aquellos que todavía no han sido tocados ni con el pétalo de una rosa.

Hoy se rumora que probablemente, si el PRI quiere sobrevivir y volver a ser competitivo debe cambiar su nombre, su logotipo, lema y todo aquello que recuerde su gran derrota en el 2018, sin embargo, bien sabemos que, aunque la mona se vista de seda, mona se queda