Inicio Noticias Espectáculos Shanghái reabre los cines pero advierte de riesgos ante los nuevos brotes...

Shanghái reabre los cines pero advierte de riesgos ante los nuevos brotes de COVID-19

276

Por Brenda Goh y Sophie Yu

SHANGHÁI, 8 jul (Reuters) – Shanghái reabrió la mayoría de sus cines el viernes, ciñéndose a un plan de reanudación gradual de las actividades cotidianas después que en junio se levantara un confinamiento por COVID-19 de dos meses de duración, al tiempo que intentaba, al igual que otras ciudades chinas, contener el resurgimiento de las infecciones.

Para evitar que se repita el calvario que sufrió esta ciudad comercial de 25 millones de habitantes en abril y mayo, la estrategia de Shanghái se basa en la realización de frecuentes pruebas de COVID-19, el rastreo exhaustivo de los contactos y el aislamiento de edificios residenciales y otros lugares.

Si no se consigue contener el virus, podría recurrirse a restricciones más duras. Eso sería una perspectiva nefasta para sus residentes, que apenas se están recuperando de las pérdidas de ingresos, el estrés mental y el escaso acceso a las necesidades básicas sufridas durante el confinamiento.

El último brote de la ciudad está relacionado con servicios ilegales de karaoke en un edificio.

“El brote tiene una amplia distribución de personas infectadas, que tenían muchas actividades sociales, y hay riesgos de transmisión ocultos en la comunidad”, dijo el Gobierno de la ciudad en un comunicado.

Varias otras ciudades de China también se apresuraron a sofocar los brotes con la máxima celeridad, lo que volvió a suscitar la preocupación por las perspectivas de crecimiento económico de China y las posibles interrupciones de las cadenas de suministro y el comercio internacional.

Los esfuerzos, que han alimentado la frustración entre la ciudadanía china en un año delicado para el gobernante Partido Comunista, forman parte de la estrategia china de “cero COVID” para erradicar cualquier brote tan pronto como se produzca, a pesar de los grandes costes que conlleva.

El primer ministro chino, Li Keqiang, fue citado por los medios de comunicación estatales el jueves diciendo que la segunda economía más grande del mundo se está recuperando de los impactos en el suministro del COVID-19 a principios de este año, “pero los cimientos son inestables”.

China se enfrenta a vientos geopolíticos en contra, a la caída de su mercado inmobiliario y al aumento de los costes de los préstamos en la mayoría de sus mercados de exportación. Algunos analistas afirman que su objetivo de crecimiento de alrededor del 5,5% este año puede estar fuera de su alcance.

El presidente chino, Xi Jinping, que se espera que consiga un tercer mandato sin precedentes a finales de este año, ha dicho que China no debería tratar el virus como si fuera endémico, como hace ahora gran parte del mundo, ya que eso pondría en peligro muchas vidas.

Sin que se vislumbre el fin de la vigilancia contra el COVID-19, los residentes de toda China tendrán que soportar las incesantes pruebas y la posibilidad de enfrentarse a la cuarentena en cualquier momento, entre otros inconvenientes.

Shanghái llevará a cabo otra ronda de pruebas a gran escala de COVID-19 el sábado y el domingo, en consonancia con un plan para realizar pruebas a toda su población cada fin de semana hasta finales de mes. La ciudad acaba de terminar una campaña de pruebas de martes a jueves.