Recuerdo que en la plática que tuvimos en Mi Punto de Vista Radio hace unas semanas, le pregunté a Sofía si podía ganar y ella me respondió que sí, y con muchos votos. Mencioné que a mi juicio tres cosas son importantes, básicas para ganar: un mínimo de 300 millones de pesos, una estructura territorial y que los grupos importantes del PAN le apoyaran. Su respuesta fue directa, me dijo: en el PAN lo que cuentan son los votos.
Ahora entiendo a plenitud su respuesta. Sin mencionarlo me dijo “coincido contigo”.
Y es que, el pasado sábado lo que vieron los ojos del PAN y del panismo entero en Yucatán, fue el ungimiento de Sofía Castro como la verdadera opción para competir contra el PRI el próximo 1 de julio.
Ernesto Cordero, entiéndase Felipe Calderón y por ende Gustavo Madero, le dieron el espaldarazo, ese, que tanto añoraba Joaquín, el de los buenos días.
Sofía logró hacer el trabajo duro, para con ello, “tejer” lo fino. Y las alianzas se dieron, son una realidad y significan la fortaleza de un proyecto que crece, y crece, y crece.
No solo es el semblante amable, la sonrisa franca y la actitud positiva que proyecta Sofía Castro; también son sus ideas, sus propuestas, sus análisis.
El equipo de Sofía sabe hacer política. Y aunque es verdad que falta pulir algunos detalles en la persona – candidata – política; es verdad que han marcado una distancia con la inoperancia que proyectan los de los “buenos días”.
Sofía parece no cansarse, no agotarse, no angustiarse; avanza y contruye, avanza y propone, avanza y convence a más panistas y sin duda, a más ciudadanos.
Solo los grupúsculos dentro del PAN la ven con desdén, pero nada que ella no sepa cómo manejar.
No hay duda, lo mejor que le pudiera pasar al PAN, es que Sofía Castro Romero sea la candidata al gobierno del Estado de Yucatán. Ojala y no permita que le roben la elección al viejo estilo Xavierista que promovió Patricio Patrón para imponerlo como su delfín.
La alianza Sofía Castro a la gubernatura y Beatriz Zavala a la alcaldía de Mérida, va tomando forma y fuerza. Con ellas el PAN sí le compite al PRI, en todo. Y ya en la lucha, como diría el “cochiloco”: una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa …
