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Solo el pueblo puede salvar al pueblo

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Hoy le concedo toda la razón a López Obrador con aquella frase que empuño como bandera durante su campaña para llegar a la presidencia.

Hoy López Obrador dejo de ser pueblo. En su papel de gobernante se ha encumbrado en el ejercicio de autoridad sin consolidarse como un “jefe de estado” que dirija a la nación hacia un camino seguro ante la emergencia sanitaria del Covid-19.

La sociedad mexicana de manera muy amplia está constituida por diversos sectores sociales. Desde el campesino, el comerciante, los grupos de edades diversas, empresarios, hombres, mujeres, profesionistas y hasta los vagos o ninis, todos son parte de un conglomerado que hoy sufre los embates de una situación que nunca previmos y como tal no estábamos preparados.

Esta afectación no es culpa de nosotros sino circunstancial al mundo global e interconectado que como sociedad mundial hemos estado construyendo desde años atrás. Por lo cual se requiere que el enfoque de tratamiento de la crisis sea integral, no solamente en la cuestión médica sino en todos los aspectos como son los factores sociales, económicos y políticos.

México ya ha vivido tragedias sin el apoyo del gobierno. Basta recordar 1985 con el terremoto en la Ciudad de México y la parálisis del gobierno en los primeros momentos de la tragedia que propició que sean los ciudadanos los que emprendieran las primeras acciones para atender a los damnificados. En aquel entonces no existía el plan DN-III ni tampoco había fondos destinados para atender un desastre. Esos fueron productos que nacieron precisamente después al analizar la ineficiencia gubernamental.

Ahora, a pesar de los errores del sistema corrupto heredado, hay avances en la materia. Ya existe un sistema de protección civil en los tres niveles de gobierno y en las entidades privadas. El gobierno cuenta con recursos y mecanismos financieros y fiscales para atender las consecuencias económicas ante un desastre.

Sin embargo, en el panorama cercano vemos con preocupación signos de desatención gubernamental que rayan en lo absurdo y se parte de premisas falsas, por lo cual, los resultados pueden ser muy inciertos.

¿Por qué se insiste en no querer ayudar a los empresarios con apoyos gubernamentales para mantener y reactivar la economía?

Aunque es muy cierto que hay empresarios que han abusado del poder corrupto, es también muy cierto que hay quienes han sido cumplidos con sus responsabilidades ante la nación. ¿Por qué insiste el gobierno en negarles a esos empresarios comprometidos el apoyo económico? Al contrario, se alimenta el discurso de los simpatizantes contra los empresarios al presumir que todos son los malos y los culpables del deterioro económico y de la corrupción en el país.

Pero el que conoce la realidad es consciente que la generación de empleo no es una tarea del gobierno. Los verdaderos generados del empleo son los empresarios que invierten en negocios. A esos hay que encontrar mecanismos de apoyo. A los incumplidos se les exija su cumplimiento. A lo siempre cumplidos es momento de apoyo y solidaridad. No olvidemos que los empresarios al final son igualmente ciudadanos que son parte de la sociedad.

En los últimos días he visto como la sociedad, en la conciencia de lo que está pasando, ya empieza a reaccionar y darse cuenta que no tiene el apoyo del gobierno y volteamos a vernos a nosotros mismos para encontrar maneras de salir adelante. Varios artistas han decidido poner a subasta sus closet o guardarropas para que con la ganancia se le apoye a los que son parte del staff en conciertox, que si bien no son los famosos que dan la cara, son necesarios para que un artista o cantante luzca. Sindicados y otros grupos sociales ya empiezan a organizarse para juntar y repartir despensas para quienes se han quedado sin trabajo y sufren por el cierre del sistema económico por no ser parte de una actividad esencial.

Estamos un punto de inflexión en la participación política del ciudadano. Algunos ya en el despertar de una renovación que no llegó ni llegará, pero si de una deficiencia empática para entender la situación y por lo cual se aprovecha del miedo irracional empecinado en sostener una agenda contraria a lo que hoy la sociedad mexicana necesita. De un gobierno que aprovecha la tragedia para seguir arremetiendo contra sus adversarios sin importarle que en la burla sea desagradable y no generosa para el dolor de las muertes y afectados de manera directa o indirecta por la pandemia.

Así que no queda más que ponernos los cinturones y asumir nuestra responsabilidad de supervivencia, cuidarnos entre todos y participar de manera más activa desde ahora en el intento de reactivar nuestra economía. Lo tenemos que hacer nosotros, porque es claro, que al gobierno le quedo muy grande el paquete.