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Tip’s para un gobierno sano, por Rafael Rodríguez

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Rafael Rodríguez Mendez

 

Rafael Rodríguez Mendez

Han transcurrido casi quince días del proceso electoral histórico.  Histórico porque en Yucatán tuvimos elecciones concurrentes, es decir, elegimos a seis candidatos que tendrán el deber de representarnos y defender nuestros intereses en el ámbito municipal, estatal y nacional, y en las esferas de los poderes Ejecutivo y Legislativo, que repercutirá, desde luego, en el Judicial. Pero lo más sobresaliente fue la participación ciudadana registrada el 1º de Julio pasado llegando a cifras récord me atrevería a asegurar, enriqueciendo con esto la vida democrática del país.

Sin embargo, hay que hacer énfasis de que ya electos, y una vez tomando posesión en sus cargos públicos, los “representantes del pueblo” tendrán una tarea muy difícil, gobernar para los que los eligieron y para los que no votaron por ellos. Situación que complica la labor de autoridad al no complacer al parejo a los ciudadanos en sus peticiones y que de seguro los pondrán en el ojo del huracán. Para tal escenario es preciso que se ejecuten medidas positivas y propositivas, para lograr entre lo posible un gobierno sano, entre las cuales merecen la pena señalar tres de ellas:

a)    Ser incluyentes. Aceptar todo tipo de pensamiento y crítica. Conformar un equipo que esté matizado por ideologías diferentes, por representantes de todos los sectores sociales para que el gobernante en turno conozca las necesidades del pueblo. Incluyente significa trabajar con la bandera de la democracia, no cerrarse a un minúsculo espacio, evitar los rencores y clarificar el trabajo, lo que hoy en la política es demanda mayor. A mi juicio, esta es la característica más difícil de cumplir para nuestras autoridades

b)    Cumplir. Verbo que pocas veces llega a su cometido. Las palabras que a veces se escucharon huecas durante la campaña y que al decirlas infinidad de veces ante multitudes, crearon una falsa esperanza. Es por eso que en tiempos electorales es bueno hablar con la verdad y proponiendo acciones posibles, reales, beneficiosas para la comunidad y en un futuro tangibles. Esas promesas es preciso llevarlas a cabo. Si el discurso solo fue de fantasía, entonces que el pueblo que en algún momento los eligió tendrá todo el derecho de reclamar, no por el discurso falso sino por haber jugado con la ignorancia, muchas veces arropada por el fanatismo.

c)    Gobierno ciudadano. Confundido muchas veces con actitudes populistas por la delgada línea que divide uno del otro. Sin embargo un gobierno ciudadano es aquél que se encuentra al pendiente de las necesidades de la población, que se vuelve un conocedor de los problemas que sufren los habitantes de una comunidad y sale del confort de su despacho para palpar esas carencias. Es el colofón de las dos premisas anteriormente mencionadas, ya que, al ser incluyentes se llega a conocer la problemática social sin importar credos partidistas o extracto social y con promesas apegadas a la realidad podemos resolver todos y cada uno de ellos.

Probablemente existen más consejos que se les pueden dar a nuestras autoridades recién electas. Sin embargo, considero que las tres mencionadas en este artículo son piedra angular para lograr un gobierno de calidad y que propicie un desarrollo socialmente correcto y satisfactorio de la mayor parte de la población que es a la que realmente se deben.

 

Lic. Rafael Rodriguez Mendez

Candidato a Maestro en Derecho Constitucional

Docente