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¡Tomó posesión…!

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Tráfico textual

Pareciera habernos pasado de noche el proceso para elegir al nuevo auditor del estado de Yucatán, que en este caso resultó ser el contador público Mario Can Marín, y seguramente usted que me lee, estuvo enterado de la evolución, en el que otros 10 aspirantes tuvieron la “misma” oportunidad de ser elegidos.  Pues bien, el hoy auditor tendrá bajo su responsabilidad, no poca cosa, se encargará de Fiscalizar la Cuenta Pública del gobierno del estado y de los 106 municipios, una tarea de gran envergadura y trascendencia, su función, específicamente será: revisar las cuentas de ingresos y egresos de los gobiernos, realizar auditorías y todo lo que tenga que ver con el buen manejo de la hacienda pública, que resulta de la recaudación de nuestros impuestos. Sin embargo no queda claro en las leyes correspondientes las facultades tanto del auditor como de los miembros del H. Congreso del estado para ejercer su poder coercitivo, no hemos tenido hasta ahora, una experiencia tal, pero tampoco esperemos a tenerla para corroborar hasta donde “no” llegan sus alcances. De nada servirá que se detecten irregularidades, como las ha habido y queden impunes. El Nuevo fiscal tendrá como responsabilidad principal, además de las funciones anteriormente mencionadas, la de informar a los legisladores del trabajo que realice, ya veremos cuál será el proceder de los diputados.

La revisión que se tiene qué hacer del uso de nuestros impuestos por parte de los gobiernos, sin duda es un elemento fundamental que exige transparencia y rendición de cuentas, y hoy que la corrupción e impunidad galopan vorazmente, la figura de un auditor del estado, en este caso de Yucatán, íntegro, es imprescindible,  pero además deberá garantizar su compromiso con la ciudadanía. Hoy, este es un tema oportuno de reflexión, como lo fue en su momento la elección del auditor saliente René Humberto Márquez Arcila, su elección fue un proceso lleno de suspicacias por decir lo menos; como apunte, el servidor público que deja el encargo es primo hermano de Nerio Torres Arcila y se le vincula muy cercano a Jorge Carlos Berlín Montero. Dudo francamente que su nombre sea inscrito, siquiera con letras de plástico en algún sitio.

No recuerdo que el  ya ex auditor haya librado su encargo de forma airosa, siempre estuvo marcado por la falta de transparencia, aunque pareciera que su gestión haya sido “miel sobre hojuelas”, a modo. Es por eso que requerimos de un auditor cabal, con personalidad recia, con mano firme y confío en nuestros legisladores al haber elegido al C.P. Can Marín. Por cierto, en mi mención respecto a la cualidad de reciedumbre y firmeza para este trabajo, vino a mi mente de manera emotiva, el recuerdo de la Dama de Hierro, la Sra. Margaret Tacher, por supuesto comparación odiosa y muy distante del tema pero al fin y al cabo la personalidad de esta mujer, sigue siendo inspiradora.

Es deber y obligación de las legislaturas, analizar y proceder conforme a derecho, manteniéndonos informados de las acciones emprendidas, que no dejen espacio a la desconfianza. Aprovechemos esta coyuntura,  espero que este este ejercicio editorial sirva para ello, y exigirles a nuestros diputados que hagan un esfuerzo y revisen sus procesos para privilegiar que la información sea oportuna y transparente. Se hace necesario que sus informes sean llegadores a cualquier ciudadano de tal manera que impacte para la toma de decisiones, al menos en lo relativo a la vida democrática para elegir a nuestros representantes.

De igual forma una ciudadanía apática y desinteresada de estos temas nos hará cómplices de la ineficacia de nuestros gobiernos, de los servidores públicos. Hagamos un “mea culpa” y eduquémonos en la cultura de la  transparencia y rendición de cuentas para poder exigir nuestros derechos, finalmente lo que está en juego, en este caso, son los impuestos que pagamos.

Esta elección fue un ejercicio democrático, incluso alcanzó la  unanimidad de los legisladores de todas las fuerzas políticas en el pleno, ¡qué bueno!, sin embargo tal acción democrática tendrá que ser respaldada por los resultados que presente el elegido y que los diputados nos mantengan  siempre informados, no vaya siendo que a última hora y a las carreras, nos quieran vender espejitos.

El contador Mario Can Marín tomó posesión el pasado 9 de Julio, y concluirá el 8 de ese mismo mes en el 2024, es decir será un periodo de 7 años. Al contador le deseo todo el éxito posible para que vele por los intereses de nosotros los ciudadanos y a nuestros legisladores les deseo, aún más éxito, conscientes que la elección fue de ellos y que también deberán rendir cuentas.

No basta con ser interesados de la cosa pública ocasionalmente, la democracia en nuestro país demanda ciudadanos responsables y comprometidos, informados, dispuestos a participar desde la trinchera que nos toca, por el bien de los nuestros y esta es una oportunidad más para cerrarle el paso a la corrupción y a la impunidad.

Remate:

Siguen las calumnias e infamias a personajes públicos, así las consideraré hasta que no se presenten pruebas fehacientes de esas manifestaciones, sin embargo me pregunto si estamos siendo garantes del bien ser, cualidad sine qua non que debemos promover para la buena convivencia entre todos, no atisbemos la cultura de la mezquindad, además de vil es  injusta.