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UN ANALISIS DE FONDO SOBRE LAS CONDICIONES CON LAS QUE ENFRENTA EL PAN LAS ELECCIONES DEL 2010

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II. La segunda razón es el encono; recordé con Luis Correa en la emisión del sábado pasado del programa de radio mi punto de vista, la arenga del señor presidente municipal de Mérida en el marco de su primer informe de gobierno, en la que anunció que sería el líder natural del PAN, para preguntarle ¿logró Cesar convertirse en el líder del PAN?, y Luis respondió “no solo no lo logró sino que tuvo que enfrentarse al partido”. El alcalde se quedó solo, el partido lo abandonó y lo enfrentó. Uno pudiera pensar que partido y gobierno son cosas distintas, pero en juego estuvo siempre la hegemonía del grupo Patricista. En cierta forma, fue un enfrentamiento directo por el poder dentro del partido. La lejanía de César Bojorquez en la campaña del 2009, causó mucho daño a los candidatos que nunca pudieron sacarle provecho a los logros del ayuntamiento, esto fue algo que no previeron sus oponentes. Durante todo este tiempo, no han sabido defender lo que tienen, si bien es cierto que el trabajo de Bojorquez no es fenomenal, es bastante bueno, y los panistas no lo supieron aprovechar. La evidencia está a la vista, la gente cree que las obras que hay en Mérida las hizo el gobierno del estado. La gente no siente la presencia del partido en las acciones del gobierno municipal.

III.- La cerrazón, o terquedad que viene siendo lo mismo, para no querer enmendar el camino hace más difícil la situación. El punto es que las cabezas de grupos no acuerdan entre sí, eso ha generado que el análisis de fondo esté ausente. Luis Medina Cantillo intentó ayudarlos, pero al no conseguirlo se refugió en otra trinchera, nadie se atreve a mirar la herida y reconocer las verdades sobre ello. Nadie, nadie que tenga un poco de conciencia y admita que se extralimitaron en el ejercicio del poder. Que perdieron la visión. Cuestionado sobre la actuación de Magaly Cruz Nucamendi insultando a la gobernadora con un cartel en la mano, Luis Correa me respondió “cuando todo te sale mal, haces cosas impensables, pero nada justifica que te vistas de payaso”. ¿Quién tiene la conciencia limpia dentro del PAN?, solo la militancia, pero ni a ella la han querido escuchar a pesar de que se ha expresado de mil y un maneras. Uno a uno han venido renunciando al partido por el que dieron todo su esfuerzo año con año, elección tras elección. Si la militancia es ignorada y si su derecho de libre expresión es cooptado no queda más que esperar a la destrucción moral del partido.

IV.- La incongruencia es la máxima expresión del actuar político de la clase política blanquiazul, es la verdad hecha carne. 40 años esperaron los panistas de Yucatán para ver cristalizado su sueño de gobernar la entidad. Décadas pasaron para lograr el máximo logro político de un partido que predicaba, si, digo predicaba con el ejemplo. Sus activos políticos hablaban del bien común, de la generosidad para gobernar pensando en los demás, de cuidar las formas, de vivir dentro del marco de la justa medianía y la alta moral del buen ciudadano. Fueron luchas crueles en contra de un sistema duro, autoritario, de cerrazón, de sufrir persecución por ejercer su derecho a la libre expresión, fin. Era un partido lleno de virtudes, que se retroalimentaba de las buenas intenciones de gente que deseaba una oportunidad para cambiar el rumbo del Estado. El gobierno, decían, tenía el objetivo de servir a la gente con honradez y solidaridad. Pero llegó el momento, ganaron la gubernatura del Estado, iniciaron el nuevo milenio con la fuerza mayoritaria de miles de yucatecos que creyeron en el gran “cambio” prometido. Los grandes políticos del PAN, los neo y los ya consolidados establecieron un sistema de control político igual de tormentoso y vil que aquel del que dijeron era un horror. Utilizaron el poder público para su servicio personal, compraron y vendieron tierras ejidales a través de intermediarios, desviaron recursos oficiales para apoyar sus campañas políticas, coaccionaron a la militancia y utilizaron al partido como agencia de colocación.  Encontraron en la miseria del pueblo un botín, y se hicieron de grandes riquezas a raíz de programas como el FONDEN diseñado en un principio para ayudar al pueblo de los grandes desastres que provocó el huracán Isidoro y que terminó siendo usado para la compra del voto a favor del delfín del Patricismo Xavier Abreu Sierra. Compra y coacción del voto son dos cosas que el PAN criticó toda su vida y que terminó patrocinando poniendo como aval su moral, su decencia y sus principios doctrinarios. El partido de la congruencia se transformó en el partido de la indecencia. Como excusa aseguran que les “salió el priísta que todos llevamos dentro”, pero la verdad es que surgió en ellos, el “panista que en verdad son”. El punto es que no puedes andar por la vida diciendo soy decente y él no, y en un abrir y cerrar de ojos se comprueba que eres igual o peor que él.

V.- La pérdida del liderazgo y la aparición del oportunismo dieron al traste con toda la fuerza política del partido. Concentraron el poder en la figura del gobernador Patricio Patrón Laviada y al grito de “yo mando”, dictaron línea directa para regular y dirigir la actuación de diputados, regidores, funcionarios y militantes del partido. El presidente y presidenta de los comités Estatal y municipal en Mérida se convirtieron en “soldado” y “soldadera” del gobernador. Patricio se olvidó de la democracia participativa e impuso la dedocracia impositiva, apartó a sus oponentes, primero a Miguel Gutiérrez Machado, al diputado local Ricardo Gutiérrez López, a Ana Rosa Payán, Rafael Castilla Peniche, Luis Correa, Silvia López, Luis Aldana, Carlos Sarabia, etc; Patricio Patrón consintió el abuso de poder de sus amigos y privilegió el sigilo, patrocinó a grupos dentro de la militancia que desplazaron a los líderes antiguos del panismo y se inflaron los padrones para ganar elecciones internas. El partido desplazó a los verdaderos líderes. Ingresaron jóvenes, en mucho hijos de los funcionarios y grandes gurues del partido y presentaron sus cartas de licenciaturas en escuelas de prestigio, postgrado y doctorados, creyeron que era suficiente para ganar elecciones. Se sobraron de poder, se pelearon hasta con la sombra del pasado, ignoraron los llamados a la congruencia de Doña Sara Mena vda. De Correa y se perdieron en la ignominia. Perdieron la gubernatura y la tuvieron que regresar con la vergüenza de haber fracasado, no hubo ni cambio ni transición, simplemente hubo un gobierno en turno tan corrupto como otros. Hoy el partido no tiene liderazgo social, ni político, se murieron los ímpetus y se extinguieron los héroes que les dieron esencia. ¿Y Beatriz Zavala?, ya no es la que sería el contrapeso, ahora es simplemente, la senadora.

VI.- El egoísmo, hace que hoy cierren filas para atacar por consigna al gobierno del Estado, y digo egoísmo porque solo así se entiende que no dialoguen con el gobierno y por el contrario ataquen sistemáticamente sus propuestas políticas, económicas y sociales. Un PAN ególatra no es lo que se requiere en estos momentos, sino uno abierto al diálogo con propuestas y alternativas de solución. El PAN no puede negarse a dialogar con la mente abierta para llegar a acuerdos con el gobierno o entre fracciones legislativas. No debe hacerlo. Ser egoísta le impide al partido ser una óptima y adecuada alternativa electoral para los yucatecos.

VII.- La ausencia de la autocrítica, le hace tanto daño al PAN que lo ha amordazado frente a la sociedad, acostumbrada a escucharlo. Internamente priva la Ley Mordaza. Cuidado de aquel que se atreva a señalar algo en contra del grupo hegemónico. Siete, siete son los pecados capitales que cometió el PAN, siete son las razones por las cuales perderá la capital del Estado de Yucatán y su gran presencia política en la entidad. Sin embargo, nada está escrito, y solo un milagro los podrá salvar, pero no del PRI, sino de su incompetencia misma, de su inoperancia, de su ineficacia y de su fanatismo político.