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Vuelve el fantasma de la privatización, ahora en salud pública

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En los días previos a la aprobación de la Reforma Educativa muchos empezaron a decir que la escuela se privatizaría y que desaparecía la escuela pública. El tiempo ha puesto las cosas en su lugar. En el artículo Tercero Constitucional se mantuvo el espíritu de la gratuidad en educación y se fortaleció la gestión educativa para que los maestros, junto con los consejos de participación escolar, diagnostiquen necesidades y exijan a la autoridad la resolución de las mismas.

En estos días, las redes sociales están haciendo eco de información relacionada con la privatización de los servicios de salud pública con la reforma que se tiene proyectada en esa materia. Por su parte los sistemas de salud pública, principalmente IMSS e ISSSTE, de forma conjunta han emitido en días pasados un comunicado donde niegan que los servicios se van a privatizar.

Sin embargo, en histeria colectiva hay quienes no lo creen. Inclusive hay medios que están haciendo replicación de la angustia de los derechohabientes del servicio de salud pública con información evidentemente falsa.

Un ejemplo es la afirmación de que se impedirá o se negarán las licencias de maternidad. En primera instancia hay que decir que el derecho de la incapacidad de maternidad se encuentra consagrado en el artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de forma más específica en el Ley Federal de Trabajo (LFT). En la última reforma de la LFT inclusive se extendió la incapacidad de maternidad al hombre por equidad de género. Hoy el hombre cuenta con tres días para asistir a su pareja en los días del alumbramiento del hijo.

Pero para quienes pretenden desestabilizar no les importa jugar con la ignorancia de la gente y empieza a decir cuanta mentira quieren expresar para sembrar incertidumbre y reclamo al gobierno.

Inclusive han usado como evidencia la lista de precios, que todos los hospitales públicos exhiben en los lobbies de las unidades médicas. Una lista que corresponde al pago por el uso de los servicios médico para los que no son derechohabientes y requieren de una atención médica.

Por ello, es importante no caer en el juego e informarse de la mejor manera. La exigencia es clara: los mexicanos necesitamos de un servicio de salud revitalizado, eficiente y óptimo para atender las necesidades urgentes y cotidianas de salud, pero también, fuerte en sus finanzas para evitar el colapso de todo un sistema que debe estar al servicio de todos nosotros.