En una visita al norte de Yemen el sábado, el enviado especial de la ONU, Martin Griffiths, reiteró su llamado para que se paren inmediatamente las actividades militares y que las partes en conflicto trabajen en un camino conjunto hacia la paz.
Griffiths habló durante una visita a Marib, que describió como un “refugio” en medio del conflicto en curso entre las fuerzas gubernamentales, respaldadas por una coalición liderada por Arabia Saudita, y Ansar Allah, también conocido como los hutíes.
Miles de personas han llegado allí luego de recientes combates feroces en la gobernación vecina de Al Jawf.
“La semana pasada hice un llamado público para congelar las actividades militares. Hoy, reitero ese llamamiento para un paro inmediato e incondicional y el inicio de un proceso de reducción militar integral, inclusivo y responsable”, dijo a los periodistas.
Mientras estuvo en Marib, Griffiths se reunió con el gobernador y otros altos funcionarios, y con las autoridades locales, los jefes tribales, la sociedad civil, las mujeres, los jóvenes y las personas desplazadas.
“Marib ha sido una isla de relativa estabilidad y calma en medio de la locura de la guerra”, dijo. “Las partes deben asegurarse de que Marib seguirá siendo un refugio y no se convertirá en el próximo epicentro de la lucha y la guerra”.
El enviado subrayó la posición de la ONU de que el conflicto no puede resolverse en el campo de batalla.
Griffiths agregó que Yemen se encuentra en una coyuntura crítica: “o silenciamos las armas y reanudamos el proceso político, o volveremos a caer en conflictos y sufrimientos a gran escala que ya se han visto aquí en Marib”, concluyó.
Boletín de prensa de la ONU
