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El niño torero desafía a las autoridades y afirma que va por el Record Guiness

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Al preparar su traje de luces, Michel dijo que la encerrona de este
sábado con seis toros le permitirá romper un Récord Guiness, luego de
que en Lima, Perú, mató a cuatro toros en la Plaza de Achó, para salir
en hombros.


 


Aún ayer por la tarde, los boletos para el espectáculo en la Plaza de Toros Mérida seguían vendiéndose.

Sin embargo, según la Procuraduría del Menor y la Familia en
Yucatán, Michelito no debe torear porque es un niño y pondría en
peligro su vida. Ante esa recomendación, el ayuntamiento de Mérida
prohibió el espectáculo.

Pero Michel aseguró que su presentación en la plaza de Mérida“ se
realizará a como dé lugar” y dijo que espera que la Comisión de los
Derechos Humanos en Yucatán no se oponga.


“No lo hago por dinero”

En la modesta casa de sus abuelos maternos, Carlos Peniche Ruíz y
Teresa Macrerco, de la calle 60 con 71 del centro de Mérida, Michel
está acompañado por sus hermanos André, de nueve años, y Margot, de
seis.

Ahí, el pequeño torero insiste en que le daría mucha tristeza que
las autoridades no le permitieran la “encerrona” cuando se lo han
permitido en Guatemala, Perú y Francia.

“La gente me tira monedas, no me pagan sueldo, solo mis gastos, pero
no lo hago por dinero; eso vendrá después. Yo quiero ahorita torear…
nadie me obliga, es mentira”, reiteró.


Cursa el quinto año de primaria en la escuela Gonzalo López Manzanero, de Mérida, tiene promedió de entre 8 y 9 de calificación.


El niño, de toreo diestro, aseguró que aunque lleva sangre francesa, es y se siente yucateco.

Aseguró que antes de salir a torear repasa las recomendaciones de su
padre, “de cómo mover el capote, hacer las vueltas y mirar al toro”.
Luego piensa en su madre y en la Virgen de Guadalupe y, tras segundos
de nervios, mira al toro y todo es diferente, se envuelve en el arte de
torear.


 

En esos momentos se olvida de los 200 kilogramos del animal y de que
él, con su 1.28 metro de estatura, no podrá superarlo en tamaño, pero
si con arte.

“La familia no busca lucrar con la afición de su hijo”, dicen los
abuelos, mientras los padres tratan de cambiar la orden municipal que
los sancionará si realizan la función. Pero Michelito está convencido
de que romperá su récord porque “nací y moriré toreando”.