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El Veto. La venganza de Víctor Caballero

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La ruptura. La venganza de Caballero Durán

Eran amigos, grandes amigos, de hecho cuando los conocí ella era simplemente “Caballerista”. Corrían los días del año 2005 y Celia Rivas Rodríguez contendía por la Presidencia del Comité Directivo Municipal del PRI en Mérida, contra el “enemigo” jurado, Gaspar Quintal Parra. Eran esos tiempos en los que el Priísmo estaba en la lona, el PAN reinaba en todo su apogeo y un año antes había fallecido el exgobernador Víctor Cervera Pacheco, cabeza de la gran “familia” priísta yucateca. Se disputaban un cargo diminuto pero significativo. Así eran esos tiempos de pobreza política extrema.

Celia Rivas sustituyó en la contienda a Luis Vela, incondicional del exgobernador Federico Granja Ricarlde. Tenía todo el apoyo de Rolando Zapata Bello, Carlos Pavón, el propio Granja, Nerio Torres (papá e hijo), también de Quity Cervera, Antonio Homá, Jesús TuT entre otros. Era esa generación de jóvenes que en bloque seguían al líder, Rolando Zapata.

Víctor Caballero tenía una fuerte presencia dentro del grupo Rolandista, de hecho, era un joven brillante que se había ganado la confianza de una generación con deseos de regresar por la puerta grande arrebatándole al PAN el poder ejecutivo que en el 2001 les arrebató.

Estos jóvenes se mostraban unidos, cohesionados, fuertes. Eran los tiempos donde compartían la pobreza económica y la angustia política. El PRI estaba perdido, no encontraban la fórmula. Hasta que llegó Ivonne Ortega y cambió la historia. A todos les dio jugada.

Pero vamos a aterrizar el tema, hoy está conformada la fórmula al Senado PRI – PVEM. Se esperaba que la candidatura recayera en Celia Rivas Rodríguez. Sin embargo no fue así. La agraciada fue Verónica Camino Farjat… sí, la respuesta es sí la conozco. Mi Punto de Vista sobre Verónica no es relevante, solo resta decir que no tiene el tiempo de vuelo que tiene Celia. Pero eso sí, es una joven mujer que tiene, hoy, hoy, hoy, un futuro prometedor.

Celia Rivas acusa a Víctor Caballero Durán de haber impedido su nominación al Senado. La acusación es directa y contundente.

Ahora bien, ¿qué pasó?. La historia nos cuenta que ambos participaron en el gabinete de Rolando Zapata Bello, ella como Fiscal del Estado y él como Secretario General de Gobierno. Al Parecer desde allí empezaron a distanciarse. Ella nunca se acostumbró al mal trato que le infligió su “líder”. Ella empezó a crecer políticamente hablando y eso a él no le gustó.

Víctor Caballero, nos cuentan y de eso podemos dar testimonio, es arrebatado, y a menudo colérico. Gusta de no hacer compromisos y cuando los hace con frecuencia no los cumple.

La relación se fue complicando y con ello se fue enfriando.

Cuando se vino la pre campaña disfrazada para ser candidato a Gobernador, ella jugó abiertamente con Pablo Gamboa Miner, con quien le une una amistad sincera. Esta situación incomodó a Víctor que de inmediato la vetó.

El veto se cristalizó y cuando Celia daba por un hecho que su sueño se cumpliría, la realidad le fue contraria. La candidata al Senado fue la que menos se esperaba. Verónica Camino que jamás destacó en el Congreso del Estado, fue “premiada” por Caballero. Las razones no las sabemos.

Verónica se convierte de un solo empujón, en aspirante a ser candidata a Gobernadora de Yucatán en el 2018.

Celia está dolida contra Víctor Caballero, pero también sabe que arriba de él, hay más vetos.

Celia está esperando, pero señala abiertamente que el responsable de que ella no sea Candidata al Senado por el PRI, es Víctor Caballero Durán su otrora amigo del alma.