Inicio Análisis político Columnista MPV José Cortés, las consecuencias de una mala elección.

José Cortés, las consecuencias de una mala elección.

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Narra la mitología griega que el noble Damocles, como miembro de la corte del rey Dionisio, era un constante adulador de los lujos y comodidades de las que gozaba el monarca.

Al observar esto, Dionisio decidió darle un escarmiento.

Ordenó intercambiar los roles para que Damocles tuviera por una noche, las prebendas propias de tan alta investidura y que tanto envidiaba, y para ello, organizó un fastuoso banquete.

Damocles, ya sentado en el trono real, observó hacia una arriba y advirtió una afilada espada que pendía sobre su cabeza, atada únicamente por un pelo de crin de caballo; de repente, no solamente se le quitó el apetito, sino que los nervios lo obligaron a rechazar el sueño de ser rey, abandonando su puesto en la nobleza de Siracusa.

Esta leyenda nos permite reflexionar de las vicisitudes del poder, una lectura obligada en una etapa en donde empiezan a realizarse las transiciones democráticas en las esferas de las gobernanzas municipales, estatales y federales.

El poder de la mayoría, decía Alexis de Tocqueville, puede llegar a ser tiránico al imponer un pensamiento único contra el que nadie puede pronunciarse, o cuando la opinión de la mayoría, impide toda una discusión.

Finalmente, terminamos el peor ayuntamiento en la historia del municipio de Progreso de Castro.

Tengo la certeza de que los progreseños jamás habíamos tenido a una administración tan ineficiente, rapaz y corrupta; un gobierno sin visión ni estrategia y mucho menos, voluntad para al menos, cumplir en las cuestiones más básicas.

Servicios públicos ineficientes reflejados en calles en mal estado y llenos de basura, escasez de agua en la ciudad y sus comisarías así como nula atención al turismo, fueron algunas de las constantes de estos últimos tres años.

Pasar a la historia “a como de lugar”, no debe ser motivo de orgullo para quienes en su momento detentaron el poder público. El liderazgo se gana, no se arrebata traicionando los principios y valores.

José Cortés llegó así, atrabancado, aprovechando la coyuntura de grupos fácticos, quienes enojados por no cumplir sus anhelos individualistas, armaron una vendetta, una venganza para favorecerlo, a pesar de su evidente falta de experiencia y capacidad.

Llegó amparado por la oscuridad y se retira por la puerta de atrás, aumentando – junto con el irresponsable Cabildo – las tarifas de transporte público, omitiendo información de la Tesorería a las autoridades entrantes y vendiendo calles que no le pertenecen.

Estamos conscientes que la principal encomienda del Estado es alcanzar el bien común, el bienestar social y la eficiencia, las cuales deberán ser medibles en relación a las acciones que se realicen con este fin y la administración pública es el medio y la estructura que dispone el gobernante para llegar a estas metas.

Este Progreso de Cortés (por 3 años no fue de los progreseños) fue todo, menos eficiente.

Ni cuantitativa ni cualitativamente, entregó los resultados que todos esperábamos y que deberán ser revisados por una profunda auditoría de los recursos que manejó y de los contratos que otorgó.

Sus últimas palabras como alcalde fueron “entrego bien, cero deudas, se les pagó a todos…”, palabras vacías como si se tratara de una casa rentada, y en la cual, tras satisfacer tus necesidades personales, simplemente la entregas.

La reflexión es para todos.

Para quienes le hicieron llegar al poder hace tres años en circunstancias turbias.

Para quienes no se han hecho responsables de tal aberración política y aún así, pretendieron perpetuarse otros tres años en Progreso ahora sí, tras la bandera que les corresponde.

Para quienes no entendieron que el poder público es para servir a los demás, no para servirse a sí mismos.

Nos queda empezar de cero, y literal, de cero pesos en las arcas municipales, así como apoyar al nuevo alcalde Julián Zacarías Kuri en el proyecto que tiene para sacar a nuestro Progreso del bache.

Tenemos un nuevo comienzo… ojalá y esta mala historia no se vuelva a repetir.